miércoles, abril 05, 2023

 A mí sí me cargó el payaso

Recuerdos

8 marzo 2021

Cuando era niño recuerdo una única fiesta de cumpleaños, ni siquiera tengo presente al momento cuantos años cumplía, pero eran menos de 10. Las memorias de ese día son pocas, pero nítidas.
Estábamos en la casa de la calle Aves Liras, en la planta baja. Mi madre, junto a mis tías preparaba la comida en la cocina y mientras se iba llenando el patio, que se había adecuado con sillas y mesas para recibirlos.
En la sala, había una consola que ponía el ambiente musical, allí había muchos discos, de mis padres la gran mayoría, pero sobre de ellos estaba dos míos.
Junto a mis amigos de la infancia, corrimos a cambiar la música ochentera mexicana que desde hace horas tocaba esa aguja, para colocar primero el de Parchís y después el de Cepillín.
Regresamos entonces entre los cuerpos de los adultos, recuerdo a la comadre Lupe, que era una mujer a la que yo veía enorme y no medía más de 1.60 metros, con su cigarrillo encendido que intentó detenernos en nuestra correría y tras esquivarla nos quedamos en el patio.
Fue allí donde entró un payaso, que era imitador de Cepillín, Palillín, creo que se llamaba.
Dada su complexión y maquillaje, que según mi memoria, me refiere era reconocido por su gran parecido y carisma y sobre todo, porque era el más buscado en ese entonces.
Un oh generalizado entre mis amigos se dejó escuchar y yo me sentí muy feliz al verle, al ver cómo lo veían, al disfrutar cada payasada.
Poco recuerdo de las rutinas, sólo sé que en el último de los juegos me cargó y salió corriendo rumbo a la puerta de casa, a manera de despedida.
Todos los invitados rieron por la situación y yo fui muy feliz.
Al bajarme en la puerta, antes de irse, me dijo, no, no soy él, pero nos ha inspirado a todos.
Cepillín en mi infancia marcó una etapa de alegría, de esperanza, de respeto y de amor.
Quisiera que mis recuerdos fueran más amplios, tal vez pudiera viajar como escritor y decir que él estuvo en mi fiesta y no su imitador, pero puedo confirmar que inspiró a muchos artistas a asumir esa alternativa, de hacer felices a los niños.
Hoy me enteré de su partida, pero no lloré, sólo recuperé a ese niño que alguna vez fui.
Gracias Cepillín.

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