lunes, febrero 23, 2004

Todos con Epigmenio y Gerardo



Tryno Maldonado de la Torre , al igual que Carlos Antonio de la Sierra y Patricia Arévalo, entre muchos otros amigos escritores y bloggeros, realizan la mega protesta para que la injusticia cometida contra Epigmenio León y Gerardo Sifuentes llegue a su fin lo más pronto posible. Es tiempo de despertar la conciencia en nuestros lugares de orígen. Si quieres cooperar con tu firma o enterarte un poco más del asunto, visita sus páginas y firma la carta-protesta que aparece en este enlace, dale clic aquí

¡Suéltenlos Cabrones!



Antes de hacer algunos apuntes sobre el particular, transcribo el boletín que se me ha hecho llegar al correo electrónico.

México, D.F., a 21 de febrero de 2004.
A la opinión pública:
El 12 de febrero de 2004, aproximadamente a las 03:00 hrs, Gerardo Sifuentes Marín (escritor y becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, FONCA) y Epigmenio León Martínez (escritor y jefe del Departamento de Difusión de Tierra Adentro) fueron detenidos por dos elementos de la policía preventiva del D.F., a diez metros del domicilio de Sifuentes. Sin otra justificación que la de tener aliento alcohólico, fueron conducidos ilegalmente a las oficinas del Ministerio Público # 3 de la delegación Cuauhtémoc. Unas horas después, esos mismos policías los acusaron de haberse robado dos espejos retrovisores.
Desde noviembre de 2003, no existe fianza para el delito de robo de autopartes, por lo que su consignación fue “automática”. Con este argumento, se les retuvo en el Ministerio Público por casi 48 horas, hasta que la noche del viernes 13 fueron trasladados al Reclusorio Norte. El viernes 20, la jueza Julia Ortiz Leandro, del juzgado 42 del Reclusorio Norte, pese a contar con pruebas testimoniales y periciales del atropello, les dictó auto de formal prisión por robo agravado.
La impunidad y corrupción de la policía preventiva es la única causa razonable de esta injusticia, pues existe un sistema de recompensas que le ofrece a los oficiales de policía $2,500 pesos por cazar transeúntes. Gerardo y Epigmenio tienen empleos estables y dignos, muy alejados del negocio de autopartes. Ambos tienen una posición “privilegiada” en una sociedad tan empobrecida y golpeada como la nuestra. Nadie que los conozca sospecharía que ellos tuvieran la destreza para realizar tan rápidamente una operación mecánico-eléctrica como la que se les imputa, ni la estupidez para realizarlo enfrente de la casa de uno de ellos.
La mecánica de la corrupción que se revela detrás de esta infamia de barandillas y agentes, que produce que los índices delictivos desciendan, revela cuál puede ser el destino de cualquier habitante que cometa la imprudencia de salir a caminar de noche en una ciudad en la que la policía no sólo puede, ilegal e impunemente, detener, acusar e implicar a cualquiera en un acto criminal, sino que además recibe una recompensa por ello. A partir de este año, la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de Marcelo Ebrard, tiene como consigna "impedir toda preliberación de individuos del corredor delictivo conformado por cincuenta colonias peligrosas y zonas llamadas criminógenas, puesto que la proporción de recurrencia es muy alta". La colonia en la que fueron detenidos Sifuentes y León está en ese corredor.
Por todo lo anterior, demandamos que de manera expedita se resuelva el caso de Gerardo y Epigmenio, salgan cuanto antes de su reclusión y se eliminen las políticas inmorales que institucionalizan la corrupción.


Apariencia sospechosa desde el norte
Así las cosas en la capital del país, donde la inoperancia de la justicia se ha hecho presente. En el caso de Epigmenio y Sifuentes, a quienes se implica en tan burdo delito, (chingado de perdido me los hubieran puesto como dealers en la esquinita), diré lo que conozco.
Y conozco poco, pero como en este ir y venir de las letras del país donde todos se tiran grilla contra todos, las posibilidades de verse la cara alguna vez son latentes gracias a varias reuniones que se realizan anualmente. Bueno, a estos dos batos los conocí en distintos encuentros literarios y puedo testificar así sea ante la suprema inquisición de la capital del país sobre su calidad como palabradores y promotores del merequetengue cultural.
Es encabronante para uno saberse tan lejano cuando ocurre este tipo de situaciones, obvio que no se va a armar una revolución (pero no estaría mal), para que el putos sistema de gobierno que tenemos reconsidere la inconformidad que tenemos los ciudadanos hacía la aplicación de justicia, que para colmo, ahora ha empezado a dar sus signos de ceguera enclaustrando, por llamarle de una forma elegante al asunto, a dos colaboradores del movimiento cultural.
En Ciudad Juárez aún no llegamos a tal situación, al menos no se ha visto una manifestación tan absurda como la que le ocurrió a los camaradas defeños, pero a titulo personal puedo comentar que por mi pelo largo y aspecto deasaliñado constantemente me coartan mi libre tránsito por tener ‘apariencia sospechosa’, pero eso es cuestión independiente del tema que hoy nos hace reflexionar.
No sé qué tanto podamos hacer los que enviamos estos mensajes en botella al mar, espero que sirva para despertar la conciencia de algunos cofrades norteños, para permanecer alertas, para buscar nuevas alianzas, para permanecer con la guardia arriba, ya que esto puede ocurrirle a cualquiera sin importar la ciudad.
Epigmenio y Gerardo: Paciencia, valor y entereza, recuerden que hay una libertad que jamás podrán encerrar la de su libre pensamiento. Estoy con ustedes.

Suyo afectísimo,
Zerk M

PD.- Si tienen la posibilidad impriman este boletín y distribúyanlo en las escuelas e instituciones.

viernes, febrero 20, 2004

Mañana nos leemos
Traigo aquí algunos apuntes que quería transcribir, pero la redacción del más reciente trabajo me ha dejado exhausto, así que dejaré las palabras para mañana, tengo tanta hambre que una letra más y terminaré comiendome el monitor, así que mejor los dejo en la sagrada compañía del dios viernes de libar.
¡Salud y diversión para todos!

miércoles, febrero 18, 2004

Se nos fueron Jolopo y el Noa Noa


Una muerte no siempre es tan bien recibida en un país tan respetuoso de la muerte como lo es el nuestro, a menos que se trate de la partida un ex presidente o un personaje que a pulso logró ganarse la aberración de sus otrora seguidores.
En el caso de José López Portillo, don Jolopo -como le decían algunos no sé si de cariño-, su fallecimiento tal vez no tenga el menor significado para las nuevas generaciones, pero para los que alcanzamos a sobrepasar el cuarto de siglo de vida terrestre, nos representa el cierre de un capítulo de uno de los que ha sido de los peores presidentes que haya tenido la nación en la era contemporánea.
No conforme con elevar a grados estratosféricos la inflación económica en un país que para ese entonces ya se empezaba a considerar (sueño guajiro) en vías directas al primer mundismo, don Jolopito se dio el gusto de hacer una verdadera porquería de la industria fílmica nacional.
No sé si sea de agradecerse o de encabronarse, pero fue en el sexenio de este maestro de la tranza cuando las peores producciones surgieron en materia de celuloide; eso sí hay que reconocer que los entonces actores y vedettes , tenían mucho más trabajo que ahora.
Quería seguir hablando de Jolopo, la verdad que sí quería, pero acaba de sonar el teléfono, es mi compa el Rulo, de quien prefiero postear en unos cuantos segundos, minutos, horas días, y luego, a ver que pasa.

Ahhh se nos quemó el Noa Noa, la cuna artística del cantante Juan Gabriel, no somos nada.

viernes, febrero 13, 2004

Un trago de cerveza por un trago de certeza


En nuestras manos hay algo más que un sentimiento fraterno, algo que nos destierra de las posibles causas de lo que llamamos suerte.
Si vuela el grano de arena que fue recogido en la duna, la cebada que fue fermentada para ser consumida a tragos insaciables, hay algo en las manos que se queda cuando escapa, es nuestra marcha a lo etéreo del trayecto, a ese minuto que aún no transcurre y al cual quedamos predeteminados con el viento o con los ojos de la madrugada clavados en nuestra espalda.
No hay adiós en el sólo juego de beneficiarse de la nada que es conocida por otros como popularidad, éxito o más palabras que decir cuando lo necesario es acrecentar el silencio. Es entonces cuando de alguna forma muchos recurrimos al ego, para continuar con el pretexto de ser en la boca.
Uno va siempre consecuente tras la fuga de sí mismo. Llega el momento en el que resulta determinante separase de todo sentir, para sobre existir las horas solas, donde la única conversación sostenible es la interna.
Yo no juzgo más que lo que he visto ante el espejo. Llegué esta noche cargados de emociones recogidas en el camino y ahora, puedo ver cómo se callan mis ausencias, como el reconsiderar la soledad que me delimita en la tertulia, vuelve a filtrarse por mis poros.
Nuevamente las bemoles de la melodía que interpreta el trío que acompaña a los amantes en otro lado de la barra, me alcanzan en el centro de la frente.
Esta parodia de felicidad que ahora encuentro en los que brindan, me hace buscar la alegría en las canciones viejas que alguna vez fueron escuchadas, letras que me son arrebatadas por un viejo adúltero que presume a la puta que le acompaña en respuesta al comentario que le fue espetado con voz gangosa acompañado de una carcajada por demás fingida.
Necesito un poco más del ruido de la ciudad, algo que me brinde la tranquilidad, por eso salgo a la calle y me olvido del olvido, trato de reencontrar mi contradicción mientras observo los automóviles que siempre se dirigen a ninguna parte. Después de caminar algunas cuadras, entró a un nuevo bar, donde la noche no ha sido buena para el cantinero.
Ahora puedo beber un poco más de la certeza que, espumosa, se confunde con la irrealidad que me acompaña.

Así termino esta línea.

El poeta y la poesía



El paisaje literario que se manifiesta en un poema no siempre es una reacción facsímil de lo que entendemos como realidad.
El poeta puede hablar del abandono cuando un mar de gente le ahoga; llora con sus letras cuando las garras de animal le hacen salir a las calles en busca de ese motivo de carne que le acerque un poco más a la inmundicia que se origina en su corazón.
Los versos entonces se presentan como un acordeón de emociones transitorias, va el instinto a tomar el papel principal en la palabra, que no el encanto.
Distinto camino habría de recorrer el poeta si el sentimiento le provocara una nueva falta de visión ante lo ignominioso, pero el que escribe ve, aun cuando la desgracia o la ventura no se encuentren presentes.
Hay en el alma del poeta fechas postergadas, resaca de daños de un amor que nunca pudo ser eterno; están los años en su rostro, marcando cicatrices que recrean la sinceridad de un andar sin punto fijo para quedarse.
El poeta es extraño al ser extraño, el hijo del camino que como un pulso doloroso va marcando las direcciones pendientes a ser visitadas, cartas abiertas más nunca leídas, fugas de su propia libertad, es todo el equipaje que carga.
La poesía es entonces la mariposa que vuela directo a la flama, que sin premeditarlo se adentra en las llamaradas de lo certero y se calcina. Cenizas son todo lo que logramos alcanzar a recibir de la intención del poeta, el texto solamente es el residuo de una historia que jamás conoceremos por completo.






De la libreta de trabajo


Para continuar Obregón hay que jalar los frenos del ingenio, tener cruda la conciencia y provocar la enfermedad en este bramar de entes que soslayan la palabra escrita. Hay que formar el cielo, la tormenta, que la palabra sea algo más penetrante que el silencio, ese que ha encausado tantas guerras ciegas en esta ciudad sin arraigo.
Pero no todo lo que se habla es concertante a la realidad, hemos perdido la razón en nuestra insolencia de magnificar lo que llamamos arte, abrimos sin querer una caja de crueldades y es ahora cuanto éstas se aprecian.
A la distancia, en el atalaya de la locura, hay que tomar la precaución para que cada arrojo al pensamiento sea un nuevo intento de abismo, hay que provocar que el vacío termine por sucumbir ante la superficie.
Es en este aparente motivo a la desmemoria donde el recuerdo es una daga que penetra y hace sangrar la tranquilidad.
Hay que volar más allá de nuestro entorno, violar nuestra franqueza, enterarnos de que hemos sido sólo parte de un todo que aún no termina de afianzarse en la máquina principal que controla el movimiento, hay que olvidar que del otoño solamente podremos encontrar olvido.

martes, febrero 10, 2004

¿A poco ya?


No me había dado cuenta, pero como algunos de mis camaradas de la Ciudad del Crimen están celebrando su primer aniversario, se me ocurrió echarle una vuelta al histórico y pues resulta que este blog también ya cumplió su primer añito.
Al desgraciado portal ya le están saliendo sus primeros colmillitos y aunque a muchos no les ha gustado lo que aquí se escribe, hemos logrado mantenerlo firme.
Bueno, en realidad tomemos en cuenta que el número y contacto con lectores es relativo, tal vez todas las letras que aparecen de vez en cuando solo pertenecen a una esquizofrenia que no hemos podido parar.
Gracias a las letras-voces- seres-amigos todos que alternan en este portal, hasta la victoria siempre.
Suyo afectísimo
Zerk M

ó

Scooby Doo es la neta


La semana pasada, luego de muchas peripecias por fin logré ver la versión llevada al cine del que creo, fue el ídolo de muchos de los que ahorita andan entre los 25-35 años, me refiero a Scooby Doo.
Aunque originalmente tenía planeado acudir al cine a ver esta cinta de ligeras aspiraciones artísticas pero de grandes expectativas emotivas, pospusé el encuentro debido a que por ese momento pasaba por una especie de hostigamiento.
Lo que ocurría es que una persona a la que consideraba amiga hasta ese entonces, no dejaba de hacerse a la idea de que mis intenciones iban más allá de una charla con cervezas, pero bueno, allí cada quien con sus demencias, vuelvo a cosas más importantes.
Para quienes ya vieron está cinta -que me imagino es obligatoria para quienes son padres de familia de niños latosos en busca de lo que va saliendo en el cine-, Scooby Doo resultó un respiro para mantener quietos a los infiernillos por un buen rato.
La historia es sencilla, pero no podía ser de otra forma ya que no podemos pedir demasiado en este caso, pero de alguna manera hace resucitar las vivencias de cuando uno era un pibe.
A diferencia de cintas como Batman o Superman, Scooby Doo recobra su esencia al ser personificado por seres humanos, con ratos hilarantes, que en más de una ocasión nos hacen soltar la carcajada.
La mayoría de las ocasiones buscamos películas que nos muevan a la idea de que estamos viendo cine de calidad, pero creo que el cine que podemos de alguna manera valorar no reside en su calidad sino en su carga emotiva.
En este sentido Scooby Doo, logra su cometido de principio a fin, más que nada, porque muchos nos sentimos de alguna manera encabronados cuando por manejos de la historia empezaron a incluir al sobrino del gran danés, un perrillo petulante llamado Scrapy, que realmente lejos de generar adeptos a la serie, marcó del declive de una de las mejores historias de dibujos animados.
Por eso el final de esta película es lo mejor, si ya la vieron y no les gustó, creo que deben comerse una scooby galleta, relajarse de las poses mamonas de artista y por una vez más, reaprender a ser niños y sonreír con la inocencia de la quien puede disfrutar su ingenuidad perdida.

sábado, febrero 07, 2004

Yo sí te quiero Janneth


La doble moral con la que se maneja la suciedad de al lado, llamada Norteamérica, nuevamente ha salido constatar la estupidez que puede regir a una nación.
En la pasada entrega de espectáculos del Súper Tazón, ocurrió lo que no han dejado de llamar un ‘accidente’, cuando la hermanita menor de los Jacksons, Janneth, presentaba su actuación, al lado de un monigotillo de esos que están de moda y que cantan y bailan.
Bueno, no tiene caso redundar en lo que ocurrió, sólo se le salió la teta, por lo cual ya debería llamársele a la fiesta deportiva el Súper Tetón, por hacerle una especie de homenaje a la negrita por mostrar su bien cuidada anatomía a los cuarenta.
Lo sorprendente es que lejos de haberse tomado como parte de una imagen rutinaria que acontece de diario en una sociedad donde los modales monopolistas se quedan en un intento de felicidad, los norteamericanos prefirieron poner el grito en el cielo, como si la maldita chichi de la Janneth fuera para causar tanto alboroto.
Digo si en verdad quisieran combatir el problema, deberían por disminuir el consumo de pornografía, en el que los güeros se pintan solos, según datos que aparecen en Basta de pornografía, Se estima que los norteamericanos gastan entre 8.000 y 10.000 millones de dólares anuales en pornografía.
Esta cantidad supera a la suma de las ganancias en bruto de las cadenas ABC, CBS, y NBC, que en conjunto representan 6.200 millones de dólares anuales.
Entonces ¿por qué la hacen de pedo cuando aparece una tetita? Esos falsos valores son los que le están partiendo la madre al mundo, a raíz del error de Jackson ya ha habido quien ha querido aprovecharse de la situación, queriendo demandarla por daños provocados a la familia norteamericana.
No la hagan tanto de pedo por una chichi, es más la Venus de Milo está más cachonda que lo que ocurrió el domingo pasado, bueno, qué digo la Venus, en la Hora Pico la Tétanic y las otras zorritas que allí aparecen enseñan más que la hermanita del pedófilo.
¡Por favor, señores!: primero saquen la mierda que guardan en casa, vacíen sus gavetas, y si quieren dejar de sentirse acosados en sus principios y buenas costumbres, apaguen la pinche televisión, nadie está obligado a verla, y vieran qué hermoso es volver a ver el entorno, cuando tenemos la facultad de observar por nueva cuenta un mundo que había desaparecido, sólo basta hacerle clic y volver a vivir.




viernes, febrero 06, 2004

De regreso a la horrorteria


La sombra del genocidio nuevamente ha llevado a este paraje. Lo que para muchos representó un asunto de género, ahora ha quedado constatado como una verdadera encarnación del exterminio.
La muerte en Ciudad Juárez no es un problema de sexos, es simplemente la muerte del hombre contra el hombre.
Más allá de la ambición, las aficiones enfermizas y los movimientos del crimen desorganizado, se respira en la ciudad un clima de inestabilidad propio de las películas del gore.
Hablo de una crueldad que parece no tener límites, el ser humano ha dejado de ser en la frontera el animal predominante. En su lugar ha llegado la personificación de la muerte en todas sus caras posibles.
Aunque siguen siendo una llaga indeleble, los asesinatos contra las mujeres de mi ciudad, han sido desplazadas de cierta manera por el horripilante hallazgo de una docena de cuerpos masculinos, que son atribuidos a cuentas del narcotráfico.
Solamente se ha agrandado el problema de la muerte, o mejor dicho, se ha expandido ante el conocimiento global que este fenómeno no es privativo de un sexo o condición social.
Lo peor de estos últimos encuentros con la horrorteria, es que todo apunta a que los perpetradores de los crímenes han sido individuos que trabajaban para la policía judicial del estado.
No es extraño para quienes habitan en este país, encontrarse con que los supuestos vigilantes de la ley incurran en actos demenciales de esta naturaleza, lo que destaca es el tiempo en el que estos malhechores estuvieron “trabajando” sin que absolutamente nadie al interior de la corporación hiciera algo por detener los homicidios.
Los ciudadanos estamos hasta el cuello de la mierda que ha inundado nuestra entidad y para variar, persiste el sentimiento de una civilización ensordecida y atemorizada por los malos manejos de gobierno.
Revolución o re-evolución, hace falta algo más que buenos propósitos para cambiar este penoso capítulo de la vida de los chihuahuenses, ojalá (cosa que dudo) los candidatos a ocupar un puesto público en las próximas elecciones a gubernatura y alcaldía tomen en cuenta antes de abrir la boca, para en cambio, dar soluciones definitivas a tal embrollo.

Estamos de regreso


Esta semana fue de las m?s dif?ciles de sobrellevar en mucho tiempo. Por un lado, tenía que terminar a como diera lugar mi trabajo en la redacción y por el otro, una repentina infección estomacal que padeció mi madre, obligó a hospitalizarla.
La angustia vivida durante estos días, me hicieron recapitulizar muchos de los rumbos que ha tomado mi vida en los últimos meses.
Mi matrimonio, pese a las malas vibras que no se han dejado de sentir por otros antes llamados amigos, ha marchado de maravilla.
Norma ha resultado además de una excelente esposa, una medre entregada al bebé, pero sobre todo, una excelente compañera y aunque todo mi amor no se puede resumir en estas palabras, trato de dejar una constancia de mi agradecimiento y veneración.
Por los mismos trajines antes mencionados, poco me pude adentrar para hablar del asunto de las narcofosas, de la teta de Janeth Jackson o de haber visto (por fin) la película de Scooby Doo.
Sin dejar más tiempo que perder, trataré ahora de hacer unos apuntes breves sobre tales tópicos y otros más que surjan sobre la marcha. Gracias a todos por su comprensión.