viernes, febrero 06, 2004

De regreso a la horrorteria


La sombra del genocidio nuevamente ha llevado a este paraje. Lo que para muchos representó un asunto de género, ahora ha quedado constatado como una verdadera encarnación del exterminio.
La muerte en Ciudad Juárez no es un problema de sexos, es simplemente la muerte del hombre contra el hombre.
Más allá de la ambición, las aficiones enfermizas y los movimientos del crimen desorganizado, se respira en la ciudad un clima de inestabilidad propio de las películas del gore.
Hablo de una crueldad que parece no tener límites, el ser humano ha dejado de ser en la frontera el animal predominante. En su lugar ha llegado la personificación de la muerte en todas sus caras posibles.
Aunque siguen siendo una llaga indeleble, los asesinatos contra las mujeres de mi ciudad, han sido desplazadas de cierta manera por el horripilante hallazgo de una docena de cuerpos masculinos, que son atribuidos a cuentas del narcotráfico.
Solamente se ha agrandado el problema de la muerte, o mejor dicho, se ha expandido ante el conocimiento global que este fenómeno no es privativo de un sexo o condición social.
Lo peor de estos últimos encuentros con la horrorteria, es que todo apunta a que los perpetradores de los crímenes han sido individuos que trabajaban para la policía judicial del estado.
No es extraño para quienes habitan en este país, encontrarse con que los supuestos vigilantes de la ley incurran en actos demenciales de esta naturaleza, lo que destaca es el tiempo en el que estos malhechores estuvieron “trabajando” sin que absolutamente nadie al interior de la corporación hiciera algo por detener los homicidios.
Los ciudadanos estamos hasta el cuello de la mierda que ha inundado nuestra entidad y para variar, persiste el sentimiento de una civilización ensordecida y atemorizada por los malos manejos de gobierno.
Revolución o re-evolución, hace falta algo más que buenos propósitos para cambiar este penoso capítulo de la vida de los chihuahuenses, ojalá (cosa que dudo) los candidatos a ocupar un puesto público en las próximas elecciones a gubernatura y alcaldía tomen en cuenta antes de abrir la boca, para en cambio, dar soluciones definitivas a tal embrollo.

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