martes, septiembre 30, 2003

DERIVADOS DE LA NOCHE
(Poema desde cuatro puntos de la cantina)

Entrando
en el umbral
vamos de regreso
al miedo
medio ojo juglar
ánima que toca
rota palabra
laguna entre abrazo y beso

nombre que va y viene
en cada rostro
siempre alguien se está yendo

Detras de la Barra

En lo que es hoy
minuto ante noche
deja ser agua
labios niebla
son risa y sax
mañana es la voz
hagamos el silencio

En la Barra

La silla inmóvil
espera elección
un nuevo culo
que se embarre
arena sobre los dedos
sal de cerveza
en la frente
es el mar

La rockola
como consuelo del olvido
podría decir que esa cola de cabello se llama
la sola edad que llevas en la espalda
el uso de esgrimir los dedos
es como buscar el verso en sonidos
una risa que aletargue
cada lágrima queda que vamos intuyendo
cuando cantamos sin mover la boca

viernes, septiembre 26, 2003

En busca de Lobo Loco

De las pocas caricaturas que recuerdo que me gustaban cuando era niño (ya de adulto me gustaron más las caricarutas que de pequeño, por la influencia de mis sobrinos), la de Hootlook es una de mis consentidas.
Le guardo cariño a este cartón, principalmente por su villano, Lobo Loco. Desde siempre mi afinidad a los lobos ha sido palpable y este personaje en verdad que me sacaba carcajadas haciendo encabronar al sheriff, lamentablemente no he podido conseguir una imagen de ese lobito, si alguien sabe o tiene alguna, ahí se las encargo.

jueves, septiembre 25, 2003

EL REGRESO AL ORIGEN O DEL CERRO DE LA SILLA EN MI PUBIS
De no ser por el reloj, jamás hubiera sabido qué horas eran. Encontrarme en un lugar donde siempre estuvo nublado y lloviendo me sumió en un estado de ansiedad permanente.
Para el mediodía ya preparabamos las maletas para volver a la Ciudad del Crimen, no hubo despedidas ni grandes aspavientos, como perfectos foráneos, solamente el camino nos llevó dejando la ciudad atrás.
De Monterrey me llevé la hidrofobia enaltecida, un par de buen amigos y un fuerte dolor en el abdomen.
Resulta que una semana antes, una espinilla, barrito o como quieran llamarle, me creció en el área púbica. Para mi mala suerte, al intentar reventarlo, lo único que conseguí fue que se agrandara, por lo que así viaje 18 horas de ida a Monterrey y de regreso, ya crecido el grano ahora convertido en abseso de grasa, me fue incomodando durante el trayecto.
El dolor se convirtió en algo insoportable, una mezcla entre la sensación de quemada de cigarrillo y dolor de muelas. El pantalón y la posición en la que viajaba (sentado y sin movimiento) hicieron otro tanto para acrecentar la tortura.
Aún así me daba tiempo para pensar en lo rescatable de este encuentro y es aquí donde hago un reconocimiento público a Ofelia Patricia Pérez y a Viviana Cascos, directora y coordinadora de la Casa de la Cultura, respectivamente, quienes se portaron chingón para que el evento saliera poca madre.
Curiosamente, las mejores alianzas no las fundé con escritores participantes del evento, los regios, sinceramente como anfitriones son muy desapartados y abúlicos.
De amistad me llevé la de Yépez, Vega y Avendaño. Chingón. Por ellos tres bien vale otro viaje.
De regreso las horas me ocurrieron más lentas, por la dolencia que me acometía en el área púbica. Una protuberancia, producto de la infección del barro, había alcanzado proporciones descomunales. Al verlo, no pude dejar de pensar que se trataba de un tercer testículo.
Luego, jugando con la poco grata imágen, sentí que de Monterrey me había robado algo, su Cerro de la Silla ahora estaba en mi vientre.
A Juárez llegamos casi a las 6 de la mañana, el dolor apenas me permitía caminar. Cuando Norma salió a recibirme, le informe de la molestia.
Tal vez fue la tensión del viaje, la angustia a la lluvia o no sé qué, pero una vez que comencé a subir los escalones a mi departamento, algo pasó.
Al disponerme a mostrarle a Norma el área afectada, nos dimos cuenta que mi pantalón se encontraba bañado en sangre, el abseso había tronado.
Luego de una hora de curaciones, retirando la mierda que salía mezclada con sangre coagulada, descansé un poco.
Minutos después salió el sol (¡por fin el sol!), no pude dejar de admitir que mis días de vampiro habían terminado, así que con el resto de fuerzas que aún me quedaban, sin más, me levanté para asearme y me fui a trabajar.

SEGUNDA JORNADA Y CIERRE DE ACTIVIDADES
A las once de la mañana nos reunimos en el restaurante del Howard Jonhson para desayunar del bufé. Otra vez mala comida, pero ya la tomamos con menor importancia.
Como las jornadas literarias continuaban hasta las 2 de la tarde, tuvimos tiempo para recorrer las calles céntricas de Monterrey.
Mi capital para este viaje era escaso, por lo que decidí visitar acompañado de Blas, algunas librerías de segundo uso, en busca de algunos textos tentadores. Solamente compré cuatro, me fastidié de estar nadando entre libros de textos y registros inútiles del acontecer humano.
Casi a la hora pactada para retomar el encuentro, nos dirigimos a la Casa de la Cultura, lugar donde tenían efecto las jornadas, para escuchar las presentaciones de los libros de JJ Macías y Yorsh, mientras tomábamos los alimentos meridianos.
Una vez concluidas las presentaciones se dio un receso de una hora, el cual aproveché para regresar al hotel, darme un segundo baño y preparar los textos de mi lectura.
No sé por qué razón, pero siempre me toca leer en las últimas mesas de los encuentros. Tal vez los organizadores intuyen que de otra forma no permanezco una vez que leo.
Luego de una nueva jornada maratónica en la que destaco la participación de lectores como Gabriela Torres (Nuevo León), Javier Acosta (Zacatecas), Ricardo Andalzúa (Chihuahua), Gabriela D'Arbel (San Luis Potosí) y, otra vez el protagonismo de uno de los coordinadores, José Javier Villarreal, la segunda fecha culminó con nuestra mesa de lectura.
Casi a las nueve de la noche fuimos llamados a la mesa de participantes Minerva Reynosa (Nuevo León), un servidor, Volga Alvarez (Tamaulipas) y Arcadio Leos (Nuevo León).
Presentados por Dulce María González, quien luego de resumir el trabajo de talleres en Monterrey no dejó de remarcar la participación de Leos, (no sé si en tono irónico o porque de verdad le gusta su trabajo), uno a uno fuimos presentándonos.
Primero leyo Minerva, poesía suave y con algunas imágenes interesantes, me gustó a secas. Después me tocó a mí, inoperante lector de masas que lo menos que pude hacer después de leeer algunos textos de reciente creación, fue reírme del afán protagónico que envuelve este tipo de eventos dando voz al Zero Borderland con Los Poetas se visten de Negro.
Una vez concluida mi participación leyó Alvarez, un par de poemas y un cuento, que según escuché, estuvo espantoso.
Cuando Arcadio Leos tomó el micrófono, lo primero que hizo fue dar una especie de contestación a lo que yo hago mofa en Los poetas se visten de negro, señalando de manera torpe sus motivos para ser uno de ellos.
Leos indudablemente tiene talento, sus lecturas son un tanto divertidas, casi circenses, contrastan con su look de poeta máldito.
Por desgracia en sus palabras aún no aparece la voz propia, Leos se encuentra influenciado gravemente por el estilo de su maestro, José Eugenio Sánchez, un poeta neoleonense que merece mi aplauso en su labor estridente y estilo distinto.
No pasa así con su púpilo, su lectura se pierde en el acto teatral y los textos apenas son salvables por una o dos frases, de ahí en más todo es mero espectáculo.
Ya una vez que pasamos la clausura nuevamente se formaron las cuadrillas antriles y cada quien decidió su destino nocturno.
En esta ocasión, Yépez y Vega sabiendo mis condiciones me llevaron a un restaurant bar, El Arbol, propiedad de la escritora chilena Carmen Avendaño.
El lugar me gustó, lástima que la lluvia impidió un mayor disfrute, por lo que terminando la primer copa nos trasladamos a otro antro, ubicado en la esquina de la misma calle: La Pirámide.
Allí, un grupo de jazz/blues trataba de exprimirle la nostalgia a las nubes, pero lo único que conseguía era que los parroquianos alzaran más la voz para escucharse unos a otros.
En este lugar se encontraba el grueso de los participantes en el encuentro.
Yo me senté en una mesa aparte, con Yépez y Vega, porque en el otro lugar ya estaba atiborrado. Carmen cerró su restaurant y nos alcanzó.
Con el paso de las horas el lugar se fue quedando vacío, hasta que sólo estabamos los chihuahuenses, la chilena y el Yépez.
Salimos del bar y Carmen nos ofreció un tequila, el cual aceptamos con gusto, pero fue tan sabrosa la estancia en su restaurant, que entre canciones, lecturas de poemas, anécdotas y brindis (sacó un vino tinto y me pude integrar), nos dieron las cinco de la mañana.
WELLCOME TO INFERNO
De las pocas ciudades que conozco del país, Monterrey se lleva indudablemente el título de Cafre's Free Style. El tránsito de miles de vehículos a altas velocidades vuelve el andar por sus calles, una experiencia vertiginosa, propia de las atracciones de Disneylandia.
De las primeras frustraciones que tuvimos al llegar a esta ciudad, la cual se nos quedó hasta la fecha del regreso, fue que no pudimos ver el Cerro de la Silla.
Las malas condiciones del clima impidieron apreciar el popular monumento natural que ha hecho famosa la región.
Desde los primeros minutos en la Sultana, como también se le conoce a está zona, el dios Tláloc dejó signadas las reglas de la estancia: Lluvia permanente.
Para quienes provenimos de una región árida en la que con suerte hay precipitaciones pluviales dos o tres veces al año, nos sorprendió que en los tres días que estuvimos en Monterrey, casi no paró de llover.
En algún momento llegué a comentarle a la gente con la que conviví en aquel lugar, que las caracterísiticas del entorno me recordaban la película Seven, eran escasos los instantes sin lluvia, siempre el agua estuvo derrámandose.
Incluso hubo quien logró atemorizarme en esta paranoia no buscada, señalandome que el nuevo diluvio acababa de dar inicio. Aseveración que creí, dadas las condiciones del tiempo.
Pero haciendo a un lado este detalle, comentaré que al llegar a Monterrey luego de sortear con el interminable vaivén vehicular, logramos hacer contacto con las autoridades culturales que nos recibirían para el Encuentro de Talleres.
Después de desayunar en un hotel que no era el nuestro, pero que parecía que contaba con un menú más o menos aceptable (cosa que en realidad no ocurrió, la comida era pésima), nos dirigimos al hotel que nos hospedaría en nuestra estancia.
El Hotel Howard Johnson fue una grata sorpresa para nosotros, sus bellas instalaciones y excelente ubicación en el corazón del centro de la ciudad, me permitió darme algunas escapadas por las principales arterias urbanas de la ciudad.
Ya para la 1 de la tarde nos conducimos al Bar Reforma, que según tengo entendido es uno de los más populares de por esa tierra. Nada extraordinario, salvo que la copa de vino (jodido kalafia) la vendían en 50 pesos, trato que no acepté.
Decepcionado por la carencía de elixir, abandoné al grupo de escritores que alegremente se embriagaba en el recinto y me introduje entre las calles en busca de una licorería, en pos de una botella de vino.
Sorprendentemente, en Monterrey, al menos en las 10 cuadras a la redonda que caminé, no pude hallar un solo establecimiento que expendiera vino tinto, ni siquiera las tiendas departamentales.
En esta ciudad norteña se entiende por vino el ron, brandy e incluso el tequila y mezcal, pero jamás el fruto de la uva.
Triste por no haber conseguido más que brebajes, regresé al Reforma para redestinarnos a lo que sería la inagururación del evento que estaba programada para las cinco de la tarde.
El acto comenzó con casi una hora de dilación, las mesas de presentación que se armaron consistieron en la participación de tres talleristas y un coordinador que debía resumir el trabajo de cada taller, pero, como suele ocurrir en estos eventos, algunos de los presentadores asumieron un papel protagónico extendiéndose de más en sus intervenciones.
Después de algunas mesas, uno de estos coordinadores realizó una dinámica en la que los presentes deberían construir un poema aportando una frase. No lo soporte, me cagan este tipo de jueguitos, por lo que decorosamente me salí a fumar un Lucky Strike mientras la lluvia sultanera arreciaba en las calles neolonenses.
Justo en este instante ví llegar a Raúl Yépez, acompañado de su amigo Salvador de la Vega.
Al Tiburón lo conocía solamente de visitadas a su página y algunos correos electrónicos, creo que es de los vatos más alivianados que cuentan con un espacio en la blogósfera.
Su carácter en la vida real no dista mucho de lo que propone en su blog, es un guey abierto que siempre está en la disposición de extender la mano.
Luego del reconocimiento inicial, los abrazos y el saludo cordial, Yépez, Vega y un servidor esperamos a que terminara la dinámica, pero tan mala fue nuestra suerte que tocó turno a otro invitado.
Se trataba de un periodista cuyo nombre no quiero acordarme, que inició su plática-conferencia-cátedra-sermón, recitando de memoria los primeros versos de Muerte sin fin de Gorostiza.
Después el vato se empezó a meter en los manejos periódisticos que le da a su programa y comenzó a narrar algunas experiencias venturosas que bla, bla, bla, me hiceron pensar seriamente que era el momento ideal para otro Lucky Strike.
Una vez que este vato concluyó su verborrea, el más perjudicado fue el maestro poeta Juan José Macías.
En el programa original, Macías cerraría las mesas de trabajo del viernes con la presentación de su libro, pero todo se vino abajo debido al tedio que dejó su antecesor, por lo que su intervención se cambió para la jornada siguiente.
Vino entonces la cena y rápidamente la organización para vivir la noche sultana, por lo que se organizaron cuadrillas para visitar distintos antros.
Yo decidí desafanarme del pelotón y opté por lanzarme con Vega y Yépez a un bar (El Kukos, creo), con la esperanza de encontrar un poco de vino tinyo.
Bueno, para este punto seguramente más de dos estarán pensando ¿y por qué chingados no se toma una cerveza y se acaba el problema?, pero que quieren, hace tiempo hice una promesa que no pienso romper.
En el Kukos tuve suerte de encontrar un par de copas de tinto y otro tanto de blanco, éso salvo la jornada. Platicar con Yépez y Vega hizo otro tanto.
Resumir la conversación me obligaría a un posteo de más extenso que no pienso redactar, solamente les comentaré que se fundó una amistad bien chingona, algo así como una nueva alianza de respeto hacia el papel y la circunstancia en las que nos tocó jugar.
Terminada la noche, el Yépez me dio un raid al hotel, donde se me ocurrió poner una porno que me costó 120 pesos (pinches careros).
Lo peor es que el video estaba para la chingada por lo que me quedé dormido hasta el día siguiente cuando me despertaron para bajar a desayunar en el hotel.
Por la ventana observé que la lluvia no había cesado, me dí cuenta que el infierno no es como lo pintan.

VIAJE DE LA CIUDAD DEL CRIMEN A LA SULTANA
¿Cómo empezar a describir un viaje en el que la noche no llegó a ser sueño y en el cual el día nunca reflejó su verdadera hora?
En el recorrido que efectuamos de la Ciudad del Crimen a la Sultana del Norte, fueron cerca de 20 horas vía terrestre, con apenas tres paradas, que más que descansos, sirvieron para recargar combustible y bebestibles.
En un viaje por carretera cuando el conductor es uno mismo o alguien que nos acompaña, se tienen que recorrer las distancias haciendo a un lado el sueño. Quien viaja no se puede permitir el parpadeo.
Dejar atrás la ciudad donde se vive, mezcla sentimientos que van de la euforia del anonimato a la valorización de quienes somos y a un irremediable reencuentro con la nostalgia.
De Ciudad Juárez partimos al encuentro de talleristas que tendría lugar en Monterrey Nuevo León, exactamente a las 11 de la mañana del jueves.
Aunque originalmente el plan era que saliéramos a las 9 de la mañana, por motivos diversos propios de este tipo de empresas, la salida de dilató por cerca de dos horas. Una vez que todo quedó listo, tomamos la Carretera Panamericana -por cierto, única vía de escape para el sur- rumbo a la ciudad de Chihuahua.
Las primeras horas de viaje son fundamentales para saber cuál será la tónica que tendrá el mismo durante los días que dure la ausencia.
Escuchando música que iba desde The Doors hasta Los Panchos, me dí cuanta que nos encontrábamos en una ruta con aceptación a la diversidad de conceptos, es decir, cada quien podía hacer y decir lo que le diera su chingada gana.
Avanzados los primeros 200 kilómetros hicimos la primera y obligatoria escala de cualquiera que va de Ciudad Juárez a cualquier destino sur: Villa Ahumada.
Este pequeño poblado que se ubica en el punto medio entre Ciudad Juárez y Chihuahua capital, fundamenta su economía principalmente en la agricultura y en la venta de comida a los viajantes, siendo el platillo principal el burrito. Para quienes conocen este alimento les diré que si existe un lugar en la Tierra que se pueda jactar de producir los mejores burritos o burros del mundo, ése es Villa Ahumada.
Para quienes no saben en que consiste este peculiar alimento, he aquí una breve descripción del mismo: Una tortilla de harina doblada en forma de taco en cuyo interior se vierten distintos guisos, principalmente frijoles con queso, carne con papa y chile, ya sea rojo o verde. En el norte de México este alimento bien podría ser catalogado como el símil del hot dog estadounidense. Bueno, si quieren más detalles sobre el particular, pueden consultar los archivos de la página de Solzimer, ahí hay más detalles al respecto.
Volviendo al tema que genera este texto, una vez que compramos una dotación considerable de burritos, partimos rumbo a nuestro primer destino de viaje, la ciudad de Chihuahua, donde además de realizar algunas gestiones relacionadas al viaje, se haría entrega de documentos diversos en el Instituto Chihuahuense de la Cultura.
A Chihuahua arribamos a eso de las 2:30 de la tarde, luego de las gestiones antes descritas, partimos nuevamente ahora con rumbo a Monterrey.
Luego de pasar por la ciudad de Delicias, cuna del escritor Jesús Gardea, llegamos a Camargo, donde nuevamente hicimos escala para comer, para este punto ya eran casi las 6 de la tarde.
Luego siguieron cuatro horas de viaje continuo, para llegar a las 10 de la noche a Gómez Palacio, Durango, donde el cambio de horario (una hora más que la de nuestro estado), la venta de cerveza hasta las 12 de la noche y una lluvia casi imperceptible nos marcarían la nueva ruta a seguir.
Por extraño que parezca, la carencia de vino en las estanterías en la región que se conoce como comarca lagunera, integrada por parte de los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila se distingue (principalmente en estos dos últimos) por su producción vitivinícola, sin embargo, esto no se refleja en sus expendios de bebida.
Al preguntarle al dependiente sobre la existencia de algún vino, me sugirió desde brandy hasta whiskey, pero jamás lo relacionó con el sabroso líquido color tinto.
Decepcionado, no tuve más alternativa que viajar sobriamente, mientras los demás integrantes de la comitiva, iban comodamente chingándose unas cervezas.
Bueno, ese disfrute les duró hasta que entramos a Torreón, Coahuila, ciudad hermanada con el poblado durangueño, en donde hicimos la segunda escala prolongada.
Allí, acudimos a un lindo y sombrío centro de entretenimiento, la pausa en el camino duró poco más de un par de horas, suficiente para relajar los músculos, ahora sí que con el espectáculo.
De Torreón a Saltillo nuestro destino climatológico se establecería de forma definitiva: Lluvia.
Desde pequeña brisa hasta torrenciales aguaceros fuimos soportando en las siguientes cuatro horas, hasta llegar a la capital coahuilense, donde por consenso, dadas las condiciones del clima y el cansancio de viaje, decidimos parar por un par de horas para recobrar fuerzas.
Yo intenté dormir un poco, pero el frío y los mosquitos no tenían el mismo plan, así que poco antes de las 7 de la mañana, remprendimos el trayecto y en menos de 40 minutos ya nos adentrábamos en la Sultana del Norte, la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
Antes de proseguir, les diré que si algo disfrute de la entrada a esta ciudad considerada como la tercera más importante en la República Mexicana, fue el paisaje. Sus montañas son una hermosa demostración de la naturaleza que al menos a mí y a Blas, nos dejaron gratamente impresionados.
Pero el gusto nos duró poco, nubes bajas, neblina y lluvia hicieron su parte para que acabara el bello panorama.
(Continuará)

martes, septiembre 23, 2003

Ya vine, pero les debo el croni/posteo

El viaje fue excelente, como todos los trips terrestres contó con un sinfin de situaciones, algunas buenas, otras peligrosas, las pocas desagradables, pero las más, felices.
Por el momento no me puedo extender mucho en cuanto a lo que aconteció en esta visita a la sultana, tengo trabajo hasta para aventar al cielo (¿alguien quiere un poco?), por lo cual estoy dirigiendo mis horas completamente a una investigación cabronsísima y casi no estoy en la redacción.
Ahorita ya es de noche y me infiltré en el periódico a escribir estas líneas, pero en rtealidad es que todavía tengo un par de citas de entrevista por realizar y mañana un testimonio que tomar de una de las personas en la nueva odisea.
En fin, no les prometo, dén por hecho que en cuanto tenga listo el trabajo, me meto de lleno a narrar el roadtrip a la sultana y anexas. Mientras tanto, Serse y vivan el mundo ovarú.

miércoles, septiembre 17, 2003

Me voy por unos dias

Les informo que por una invitación a la ciudad de Monterrey, esto para participar en un encuentro regional de talleres literarios y escritores, me ausentaré del blog por algunos días.
Cuando regresé la casa de la risa continuará con su acostumbrado ritmo de trabajo.
Mientras tanto cuídense mucho y reciban un fuerte abrazo por hacer de este sitio, uno de sus lugares de lectura cotidiana.
Suyo Afectísimo

ZM

martes, septiembre 16, 2003

Viva México Cabrones!

Ayer que se reunió la comunidad para celebrar un año más de la (¿?) Independencia de México, no dejé de sentirme adisgusto. Tal vez sea mi desapego a las tradiciones nacionales lo que me hace hablar; tal vez no encuentro en realidad una nación verdadera como para rendirle tributo en un festejo a mi parecer tan mezquino y morfante.
El espíritu de mexicaneidad se ha consolidado en años recientes a un mero conformismo de cantar el himno nacional y agitar la bandera para echar desmadre. No veo un compromiso real de los habitantes de este país para con lo que vendría a significar el verdadero sentido de la celebración, la fundación de una república.
Van los grupos por miles a reunirse en monumentos a la estúpidez a jurar lealtad a una bandera de la cual, creo que ni conocen el significado de sus colores. Peor aún, todavía son los atuendos de sombrerotes y zarapes nuestros distintivos como seres independientes. Indios pinches y agachones que sólo saben asentir ante lo que el tío capitalista de al lado dicta en cuanto a moda y políticas económicas.
Ahora me pregunto qué tanto valor puede tener el grito ¡Viva México Cabrones! En las gargantas de los hijos de una prostituta que vi en la calle Mariscal esta mañana, cuando presurosos se acercaron a la puerta de un bar para que su madre, con signos evidentes de trasnochamiento, sacó de entre sus ropas un billete de 5 dólares arrugado, para que se fueran a comprar un poco de pan y leche.
¿Dónde está la patria? ¿Dónde comienza México y se terminan mis principios? En esta frontera de realidades tan absurdas como la muerte de cientos de mujeres y el asesinato de miles de hombres a manos del narco, no dejo de pensar en que la respuesta siempre termina en un vado de ignominia y desolación.
Hace falta una nueva constitución de valores patrióticos. Hace falta una nueva revolución de ideas. Hace falta que ya no haga falta nada.

EXPONE BANDIDO ESTE VIERNES EN EL MUSEO DEL INBA

Este viernes 19 de septiembre a las 8 de la noche será inaugurada la exposición pictórica "El Gigante de San Agustín" en honor al profesor Manuel Robles Flores.
El evento se realizará en la sala principal del Museo de Arte del INBA y nació como iniciativa propia del expositor, el pintor Alfredo Téllez "Bandido".
La muestra individual de este artista juarense, está conformada por 36 pinturas en tema libre, debidamente enmarcadas, entre las que se incluyen la obra ganadora del Premio Chihuahua el año pasado.
El Bandido, camarada de barras de bar y en el trabajo artísitico en la Ciudad del Crimen, se ha caracterizado desde siempre por ser uno de los pocos artistas que se dedican más a la producción que a la barahúnda en la que algunos creadores locales han caído.
Este homenaje, según me explicó el Bandido, lo vino concibiendo meses atrás, mucho tiempo atrás, ya que considero que es el momento de rendirle un homenaje con esta muestra de pintura nueva, al profesor Robles.
La exposición se integra por una serie de pinturas nuevas de la técnica de wash sobre papel, tema libre y probablemente se presentará algún detalle del mural a Moto Luna de un poema de Francisco Hernández, indicó.
Y aunque la muestra permanecerá durante un mes, existen posibilidades de que el galerista Oscar Román proyecte la exposición a otras latitudes, lo cual llena de confianza al pintor juarense.
Para esta exposición, el artista ganador del Premio Chihuahua, agradeció los apoyos de parte de Juan Carlos Limón, la familia de la Vega, INBA, entre otros.
Me platicaba el Bandido que la razón de rendir un homenaje de forma individual al profesor Robles, aunado a lo expuesto parráfos arriba, fue que se logró reunir el material suficiente para exponer de forma individual.
Sobre el nombre de la exposición, Bandido explicó que "El gigante es algo alegórico, lo que pasa es que en el Museo de San Agustín hay una pintura al óleo que le pusé el Gigante de San Agustín, entonces cuando veo este homenaje al profesor Robles decido ponerle así, relacionarlo para que la gente se dé cuenta del poblado y también de la labor que ha cumplido el profesor en ésa comunidad, las actividades como activista en favor de la ecología y los derechos de la mujer".
Esta es una excelente oportunidad para conocer más a fondo el trabajo de uno de los artistas plásticos más prolíficos de la región fronteriza de Chihuahua.
Y sí, habrá vino y canapés. No falten.

EL GIGANTE DE SAN AGUSTIN
Para quienes no conocen la obra del profesor Manuel Robles Flores, trataré de hacer aquí un breve recuento de lo que recuerdo de su trabajo no sólo como docente, sino como luchador social.
De las primeras veces que conocí de cerca al profesor Manuel Robles, fue cuando formaba parte de la sección cultural de otro medio impreso de comunicación.
Para esos días, existía un gran temor por parte de los habitantes del poblado de San Agustín, comunidad asentada en el Valle de Juárez, apróximadamente a 60 kilómetros al oriente de Ciudad Juárez.
El problema era el deterioro que guardaban las instalaciones del Museo del Valle de Juárez y la escasez de recursos para remodelar las instalaciones eléctricas, lo que conllevaría a un cierre inminente de ese espacio cultural.
Con el apoyo de la comunidad artística principalmente, el museo logró llamar la atención de alguna parte de la sociedad juarense, lo que devino en exigencias para con el gobierno municipal, en cuestión de apoyos.
El museo en ese entonces se constituía básicamente en un cuarto a la entrada principal del edificio, en el que se hacían las veces de bliblioteca, sala de exhibición y salón de juntas de la comunidad.
Obviamente el acervo cultural que ahí se custodia permanecía en condiciones deplorables. Simplemente, las instalaciones eléctricas eran las mismas desde que el edificio originalmente destinado como espacio educativo fue inaugurado, allá por la primera mitad del siglo veinte.
Esto representaba un peligro latente de incendio y con ello, la pérdida irrecuperable de los materiales ahí guarecidos, por no señalar de las personas que en ese tiempo custodiaban al lado de Robles.
Luego de muchos dimes y diretes, por fin la respuesta de la sociedad se hizo palpable y el edificio comenzó sus trabajos de remodelación.
No es por nada, pero en ese lugar el visitante puede encontrar vestigios invaluables de la época revolucionaria y no sólo eso, sino también piezas paleológicas de gran valor, como osamentas de mammuth y animales de la era de los dinosaurios.
Cuenta el profesor Robles que lo que hoy se conoce como el Valle de Juárez, en épocas ancestrales fue El Mar de Thetis, acuífero que data de millones de años y que era una región propicia para la proliferación de flora y fauna.
Pues bien, además de este logro, durante los años que siguieron a su jubilación como profesor rural, Robles Flores se dedicó a exigir ante las administraciones gubernamentales hasta conseguir fondos para la creación de espacios de atención de toda indole comunitario.
Una clínica, guardería, nuevas escuelas y el museo son algunos de los logros que se me vienen a la mente.
No conforme con lo anterior, el profe Robles se ha destacado como un luchador de las causas de mátiz social; él ha sido un ferviente soldado en la lucha contra la instalación de tiraderos núcleares en la franja fronteriza. En este rubro, su esfuerzo se ha visto capitalizado con la cancelación del proyecto Sierra Blanca, tiradero atómico que se tenía distinado para el área de Fabens, un poblado texano que colinda con el Valle de Juárez.
Asimismo ha sido un pugnador incansable de los derechos de los niños y las mujeres, grupos sociales vapuleados por un sistema socioeconómico predominantemente machista.
Por si lo anterior fuera poco, una vez que el museo estuvo ya en condiciones más óptimas, el profe dio cabida para que en ese lugar se realizaran presentaciones artísticas, conferencias y talleres de creación, creo que en este aspecto, Solzimer puede dar un mejor testimonio de ello, ya que por un tiempo dirigió un taller literario.
Hace unas semanas me encontré al profesor Robles a la salida de la biblioteca Arturo Tolentino (Parque Borunda) y me invitó a la nueva actividad que estaba organizando.
Se trataba de un homenaje póstumo al artista Francisco Hernández, de quien tal vez en alguna ocasión escriba algo, pero no en esta ocasión.
Robles Flores ya muestra el cansancio en sus pasos, que son más lentos. Su mirada se ve un tanto cansada; en su rostro hay arrugas que demuestran sus ya más de 60 años.
Sin embargo, ver al profesor en las calles todavía organizando, luchando, siempre al pendiente de una verdadera difusión de la cultura fronteriza, es un verdadero estimulante para seguir creando cada quien desde su trinchera.
Por hombres como el profesor Manuel Robles que aprecian el quehacer cultural y desinteresadamente dan su vida en busca de una región más provechosa, los artistas tenemos un compromiso no signado pero adquirido con gusto, crear para que nuestra cultura se mantenga viva.



lunes, septiembre 15, 2003

Porno

Todo lo que no se habla es porno, una imágen grotesca que se distorsiona a lo eufémico, trasladándose por los vacíos de la carne, en la península del beso.
Abre las bahías del silencio para conformar el mito, paso a paso entre quienes descansan se percibe la presencia de la lucidez.
Es aquí donde nos vamos perdiendo como relojes sin tiempo que perder. Leemos hasta perder la memoria de quiénes somos.
El abismo del yo es entonces caminar descalzo por una calle de una ciudad que visitamos por vez primera.
Hacer de la bohemia una misa en una mina y ahora que en internet todo viene en devenir, me acuerdo que cuando escribes porno apareces desde un enfoque distinto.
Puedes ser una bruja en la hoguera o un criollo a punto de consumar la independencia.
Porno es una buena palabra para aparecer en otras mentes. Todos somos algo por no ser nada.

That's life

No puedo dejar de pensar en Norma, escucho a Cerati y me trae en sus cantos lo que ella me hace sentir a estas horas por eso, sin más remedio que el irremediable recurso de la transcripción, viene aquí la canción que define este momento:


VIVO
Intérprete: Gustavo Cerati
Album: Siempre es hoy


Por aquello que encontré en tus ojos
por aquello que perdí en la lucha
conocer la otra mitad es poco
comprender que solo estar es más puro
me pondré el uniforme de piel humana
no esperaba tanto resplandor
el fin de amar
sentirse más vivo
el fin del mar
es sentirse igual vivo
y como el fuego reflejado en el agua
dibujaba partículas de Dios
el fin de amar
sentirse más vivo
el fin del mar
es sentirse igual, vivo
conocer la otra mitad es poco
comprender que solo estar es más puro

sábado, septiembre 13, 2003

The Jump Cut

El director del cortometraje "La Tierra Prometida", Angel Estrada, tuvo la gentileza de escribirme al correo para hacerme una serie de precisiones sobre los detalles técnicos de la filmación que fueron descritos algunos posteos abajo de este.
Debido a que este blog se está transmutando a una opción alternativa para expresiones culturales, con gusto abro el espacio para dar transcripcion a las palabras de este vato que anda haciendo cosas muy chidas en la Ciudad del Crimen.
Menciona que lo que yo describo como "errores de edición" en la primera aparicion de Carlos Alberto, es algo razonado y decidido (sic), es decir proviene de la intencionalidad del autor y no del descuido.
"Estoy conciente de que independientemente de mis explicaciones puede ser considerada una falla de edicion", acepta.
Estrada me explica en su misiva que cuando decidió dejar los "jump cuts",termino usado para describir la
unión de dos imágenes con un mismo encuadre, me aclara, tomó en cuenta todo el lenguaje narrativo del documental, que a au punto de vista es un manifiesto de lo que considera debe ser la narrativa cinematografica, austera, dura, casi artesanal, apunta.
"La mayoría de los cortes son directos, es decir sin
disolvencias, hay tomas muy largas, lentas, sin audio, todo esto conforma el ritmo y la gramática de una narración audiovisual por la que he optado en mis trabajos", indica.
Angel Estrada dice que cada parte de la realización fue ejecutada con plena conciencia de que tal vez el espectador promedio no captaría estas señales de viaje, pero aún así apostó por el vuelo.
"Esto lo hago con plena conciencia de que no es la forma en que la mayoria de la gente esta acostumbrada a ver cine, ya que generalmente el cine que se distribuye a gran escala y que más fácilmente llega a nosotros, maneja una narrativa mas rápida, con cortes limpios y disolvencias, en la cual es casi imposible ver un jump cut", expresa.
Refiere el creador de Tierra Prometida que aunque el jump cut puecde resultar desagradable, fue una herramienta necesaria en este documental, donde al exponer la marginalidad en la que vive una familia, en una colonia periférica y con pocas oportunidades.
"Estoy convencido de que, aunque puede resultar desagradable visualmente, el jump cut, da un toque de realismo que el documental requiere y pinta su raya con respecto a la ficción", finaliza.

viernes, septiembre 12, 2003

CORTOMETRAJE JUARENSE: TIERRA PROMETIDA

Después de abandonar la sala de cine Norma y un servidor nos dirigimos al Centro Cultural Universitario para presenciar la proyección del cortometraje local "Tierra Prometida".
Esta propuesta ópera prima del director Angel Estrada, producida por Vladimir Fong y Lalas Tapia -quienes conforman Mala Vida Digital Films-, resultó ganadora del primer lugar en el Festival "Este Corto Sí se Ve", efectuado en la Ciudad de México y en el que participaron más de 200 trabajos de diferentes lugares del país.
El corto de 27 minutos de duración, estriba sobre la lucha de una familia juarense de escasos recursos económicos, que habita en la zona de Anapra, al poniente de la ciudad, uno de los sectores más marginados en cuestión de infraestructura, vapuleado, más que nada, por intereses político-económicos.
Tapia, Fong y Estrada iniciaron este trabajo en enero del 2002 y terminaron su edición final en julio del 2003. El trabajo presentado por estos jóvenes juarenses resulta estimulante para quienes viven en esta frontera y se encuentran ávidos de propuestas fílmicas, ante una industria cinematográfica local que solamente se ha avocado a realizar churros en formato de video homes, la mayoría de ellos, relativos al narco o a las muertas de Juárez.
El corto presenta un par de errores -mínimos- de edición al inicio, cuando se entrevista al personaje masculino de la historia, de ahí en más todo es un transcurrir de imágenes conexas y estéticamente bien manejadas.
De entrada, los creadores de Tierra Prometida presentan los bellos atardeceres que se pueden apreciar en esta frontera y que contrastan con las infames condiciones habitacionales en las que viven los pobladores de Anapra, colonia que, no está de más decirlo, está a un lado de la franja fronteriza, la cual divide el mundo real del capitalismo, del american way of life.
Es en este espacio donde los hermanos Carlos, María Esther y Juana dividen su tiempo entre la escuela y el trabajo a la maquila. El claro reflejo del habitat de estos emigrantes procedentes de la ciudad de Obregón, Sonora, sus sueños, anhelos y desventuras conmueven a una audiencia local que ya poco se sensibiliza ante la ignominia que viven algunos de sus conciudadanos.
Luego de la proyección del corto -del cual no hablaré más para que lo vean-, subieron al escenario los comentaristas y realizadores. La mesa estuvo integrada por Zulema Méndez y Willivaldo Delgadillo (comentaristas y por Vladimir Fong (productor) y Angel Estrada (director).
De lo rescatable en esta mesa, después de una larga introducción de parte del escritor Willyvaldo Delgadillo sobre los orígenes de la industria fílmica en la localidad -dio la impresión por un momento, de estar autopromocionando "La Mirada Desenterrada" *), fue cuando al dar lectura a su comentario, partió de la pregunta ¿Si es posible imaginar esta ciudad de otra manera?
Partiendo de lo anterior, Delgadillo señala que desde su origen, esta frontera fue reservada por la Historia como un espacio a lo exótico, la violencia y a los atavismos de una sociedad primitiva.
Destaca el escritor de "La Vírgen del Barrio Arabe" las miradas interiores que el director Angel Estrada logra hacia la forma de vida de una familia que subsiste en condiciones precarias, rompiendo con los esquemas de cine acartonado que se avoca principalmente a los temas ya señalados, narcos, prostitución y muerte.
"Sobre el plantemiento de que si es posible ver la ciudad de otra manera, yo respondería que sí, pero con ciertos condicionamientos:Sí, si es posible si abandonamos de una vez por todas la noción, de que los habitantes de esta ciudad somos mudos y homogéneos. Sí, si reconocemos nuestra pluralidad. Sí, si creamos las condiciones para que todas las voces se escuchen. Sí, si somos capaces de crear condiciones para que todas las voces se expresen.
Sí, es posible imaginar la ciudad de otra manera, si nos atrevemos a ejercer nuestro derecho de mirada e inventar una gramática para hablar de nosotros mismos, para hablarnos a nosotros mismos".
Al finalizar Delgadillo su intervención, prosigieron Méndez, Fong y Estrada con sus comentarios, pero finalmente, lo que llamó la atención de la gente (ávida también, por qué no decirlo, de los reality shows), la participación de Maria Esther (aunque realmente creo que era Juana).
La anaprense fue enérgica al hablar sobre las vicisitudes que formaron parte de la filmación del documental.
Expresó que en un principio tenía miedo de mostrar su forma y condiciones de vida, sin embargo, movida por un deseo de justicia social, abrió las puertas de su hogar y de su alma, para que una comunidad fronteriza indiferente a los verdaderos problemas de la ciudad, observe con detenimiento, cuáles son las condiciones en las que tienen que subsistir, las más de 20 mil familias -no cuento de momento con el dato preciso- que habitan el sector Anapra.
La protagonista hizo un encarecido reclamo a las tutoridades gubernamentales, haciendo latente su dolor como ciudadana que vive en una zona donde ha valido más el interés político que miles de personas que han trabajado honestamente por superarse y llevar algo de comer a sus hogares.
Antes de finalizar su intervención, la joven dio una lección más a los presentes, específico claramente que la propuesta fílmica realizada por Estrada, Fong y Tapia, costó además de dinero de sus propios bolsillos, horas de desvelo, trabajo en distintos climas, por lo que únicamente pedía que nadie, absolutamente nadie más quisiera llegar a colgarse los logros que ellos se merecen.
No quiero que las instituciones ahora vengan y digan que ellos apoyaron este proyecto, cuando yo los ví cómo trabajaron a marchas forzadas por conseguir este objetivo, no debemos permitir que ni instituciones educativas, gobierno o fines capitalistas teminen con este sueño que es de ellos tres, comentó
"Yo ya me voy, nada tengo que hacer aquí mencionó a manera de final la originariia de Obregón, ante lo cual los panelistas vieron frustrados sus deseos de responder preguntas de la audiencia.
Las palabras de la anaprense cargadas de elocuencia y desencanto ante una disparidad de apoyo por parte de la sociedad en general, estaban cargadas de honestidad brutal, el balde de agua fría fue lanzado por completo a la audiencia.
Luego siguieron el cóctel, las felicitaciones, los saludos y finalmente, una despedida que, espero que haya abierto la posibilidad de que se abran las instituciones al apoyo de los nuevos creadores, a las porpuestas no sólo fílmicas, y que el gobiernito de juguete con el que ahora contamos en la localidad entienda de una buena vez que la cultura no es un gasto inecesario, sino un reclamo de su pueblo votante.

Los ganadores del Festival "Este Corto Sí se ve", harán una gira por todo el país, en 40 ciudades, y en países de Sudamérica y hace dos semanas se exhibieron en Bolivia, en un festival y luego van a La habana, Colombia, Venezuela. No dejen de asisitir si visita su ciudad
Con información de Igmar Prieto de la sección Gente, Apartado Tierra Nuestra de El Diario.

*"La mirada desenterrada; Juárez y El Paso vistos por el cine (1896-1916)", de Willivaldo Delgadillo y Maribel Limongi. Investigación sobre la incursión del cine en la franja fronteriza, para mayores informes, dar un clic aquí


THE BLUE NUNS

El miércoles Norma y yo fuimos al cine, motivados principalmente, porque es el día que hay entrada al 2x1.
Una vez que vimos las posibles opciones para entrar a la salas, nos decidimos por una película llamada "En el nombre de Dios" (Magdalene Sisters), [Reino Unido/ Irlanda, 2002. Inglés, color, 119 minutos. Dirección: Peter Mullan], ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia 2002.
En está película actúan: Geraldine McEwan (Hermana Bridget), Anne-Marie Duff (Margaret), Nora-Jane Noone (Bernadette), Dorothy Duffy (Rose / Patricia), Eileen Walsh (Crispina / Harriet), Mary Murray (Una), Britta Smith (Katy), Frances Healy (Hermana Jude), Eithne McGuinness (Hermana Clementine), Rebecca Walsh (Josephine) y Peter Mullan (Mr. O' Connor), entre otros.
Bueno, una vez establecidos los datos técnicos de la producción, les comento que la trama se sitúa en el Dublín de 1964, donde Peter Mullan cuenta la historia de aproximadamente treinta mil mujeres irlandesas que sufrieron en los Hogares Magdalena.
Establecidos en el siglo XIX como refugio para prostitutas o a quienes eran consideradas como mujeres con la libido en vías de expansión, estos establecimientos pasaron a manos de la Iglesia Católica poco tiempo después.
Bajo la severa tutela de las "Hermanas de la Misericordia", las mujeres fueron forzadas a un trabajo esclavizante como lavadoras de ropa, en donde el único incentivo era el expiar sus pecados.
Basada en el documental, "Sex in a Cold Climate," está película es igual de escalofriante que sentarse a ver un filme sobre el Holocausto, sólo que a diferencia de este último, lo que mueve al encono es una sumisión total a los dogmas predispuestos para el actuar del creyente fanatizado del catolicismo.
Un relato que sin pretender confrontar a las corrientes religiosas, principalmente a aquellas que movidas por los últimos escándalos que han sido protagonizados por los miembros de la católica, entrega argumentos basados en hechos reales que pueden terminar encolarizando a creyentes y no creyentes.
Hay escenas que me recuerdan el tratamiento despótico del hombre al hombre, que aparece en cintas que van de Atrapado sin Salida o en Inocencia Interrumpida, tal vez por esta razón no pude dejar de comer palomitas, aún en los momentos de mayor desgracia.
Otro de los aspectos rescatables de En el Nombre de Dios, es que a diferencia de la tibia presentación de acontecimientos que se entrega en "El Crimen del Padre Amaro (2002), este drama no juega con la estúpidez sentimental de sus protagonistas, ni tampoco busca darles el carácter de mártires, sino que es la circunstancia misma y el espectador en sí, el que al final tendrá que hacer sus propias conjeturas.
De esta estremecedora filmación se rescatan aspectos como cuando la Hermana Bridget interpretada por Geraldine McEwan, vive la dualidad de mostrar un rostro dulce y una voz musical y confortadora, a la par de que tiene un instinto asesino que ni una villana a la hollywood hubiera mostrado jamás.
Transtornada en su amor a la causa religiosa, Bridget lo mismo puede sufrir a la par que Ingrid Bergman en el film "The Bells of St. Mary's", que ponerle una golpiza a las internas, para expiar sus intenciones pecaminosas.
Aunque algunos han catalogado a En el nombre de Dios, como uno de los filmes más violentos del año, es más que nada una nueva llamada de atención para observar el sistema abyectamente rígido en cuestiones de igualdad de derechos entre sexos, ya que se presenta la disparidad de facultades para la mujer, que aún en pleno siglo 20, sigue siendo satanizada por sus más elementales emociones físicas.
En este rubro, la película escupe en la cara a quienes por mucho tiempo han considerado los fundamentos morales como inamóvibles por cuestiones, más que de respeto hacia el prójimo, por la más purísima hipocresía que puede brindar la doble vida.
A título personal, lo más chingón que me pudo pasar es que por fin pude ver algo distinto en materia de monjas que no tuviera nada que ver con mamadas como la Novicia Rebelde o Sor Yeye, por mencionar algunas flatulencias.
Por cierto, no me acabé las palomitas, eran jumbo.
Zerk Montecristo



jueves, septiembre 11, 2003

4 BREVES 4

Uno. Feliz Cumpleaños.
Edgar, cuerpo que da habitación a Solzimer, recibe un abrazo cordial por un año más de existencia. Felicidad y albricias para los tuyos.


Dos. Inféliz In Memoriam.
Hace dos años que me quede con las ganas de tirar escupitajos desde lo más alto de las torres gemelas, ni pedo, me tendré que conformar con visitar la Latinoamericana y bañar con mis salivitas a los chilaquiles.
Capitalistas y fundamentalistas de mierda que ponen en medio a los pueblos:
La muerte no se justifica, ni de un bando ni del otro. Los odio sin odiarlos, porque odiarlos equivaldría a su exterminio y Dios, hace tiempo que no me llama a realizar los trabajos sucios, ya saben con eso del Nuevo Testamento (las reformas de "amor al prójimo" y esas charadas), pero parece que no entienden, no han querido comprender. Hijos de puta.

Tres. Soy el Gato Malasuerte.
Espero regresar en un par de horas, voy a buscar un busca tesoros. En el último par de semanas me ha sido imposible ubicar en la ciudad del crimen a alguien que se dedique a esa aventura de buscar debajo de las piedras, entre las cuevas y bajo la tierra los vestigios de la avaricia del hombre. Parece que hoy habrá suerte.

Cuatro. Más posteos.
Espero tener tiempo para escribir los nuevos rollos, habra post de Susana, la función de cine a la que fuí; también de la presentación a un corto al que fui anoche (saliendo del cine y una entrevista que realice para este blog a Willivaldo Delgadillo y la propiuesta de creación de un Instituto Municipal de Arte y las Culturas.

See you soon...

miércoles, septiembre 10, 2003

Nueva bloggera Juarense

Doy la bienvenida a la blogósfera a Susana Chávez, una buena camarada, poeta y movidona en la onda cultural de la Ciudad del Crimen. Mañana escribo sobre ella, porque ya me voy al cine. Later.
¿Cambiarás al Mundo enseñando un blanco culo a los policías de Quintana Roo?

Partiendo de esta pregunta lanzada al aire en un excelente posteo sobre la fobia a los globalifóbicos por parte del buen Daniel Salinas en su Cuna de Porquería, me pregunto (¡Ay Dios! ¿por qué me pregunto, qué necesidad tengo?), sobre está revoltura de ideas y posturas que se han formado en torno a esta nueva tendencia socioeconómica.
Antes que nada, agrego un enlace en Telepolis, donde de manera breve, pero concisa aclaran qué es eso de la globalización.
Luego me encuentro que el maestro Carlos Alberto Sierra (CAS), hace otro apunte sobre el particular, mismo que pueden encontrar en Del Valle Notes.
Y después de estos referenciales, no me queda más que comentar que durante mucho tiempo he guardado mis reservas las manifestaciones adversas en contra de algún sistema socioeconómico - político-cultural.
No entiendo qué es lo que buscan, quienes mediante una protesta tratan de llamar la atención. En este caso específico, dudo que a través de marchas y plantones se logre una verdadera reforma de las estructuras sociales.
Más que nada, mis dudas sobre el particular se fundamentan en que muchas de las personas que acuden a este tipo de actos, lo hacen sin en realidad tener una conciencia plena de qué es lo que se busca con ese tipo de congresos internacionales.
Mucbos, según he constatado con algunos de los asistentes, lo hacen porque en estas reuniones para protestar se organizan también diversas actividades que invariablemente terminan en pachanga, fiesta, jolgorio pues.
Es algo así como decir; Vamos, nos plantamos y nos vamos a emborrachar.
Tal vez habría que buscar nuevos caminos para difusión de las ideas, las protestas ya no son suficientes.
Viendo las fotos de los globalifóficos en pelotas, no me da más que risa. Es que ¿a quién se le ocurre encuerarse en la playa para protestar? Dan más la apariencia de haber ido como vacacionistas y no como verdaderos buscadores de un ideal.
En la Ciudad del Crimen, por ejemplo, hace tiempo ya que las protestas dejaron de surtir efecto. Aunque en algunos casos se trataba de apuestas genuinas por un reclamo de justicia, estas congregaciones se vieron afectadas con la intromisión de algunos grupos políticos.
Hace falta hacer una verdadera protesta pero hacía el punto de origen; creo que se debe hacer una reunión entre las mismas familias, para acercarse a las distintas problemáticas que atañen al círculo familiar.
Una vez que esta comunicación se logre, tal vez entonces, podríamos conocer muchos problemas para solucionarlos de raíz y no dejarnos llevar por la masa, como parte de un ente amorfo e insondable.


lunes, septiembre 08, 2003

Entre nota y nota

Independientemente de la calidad (que la hubo) de los escritores que acudieron al tercer encuentro organizado por Tierra Adentro y La Sociedad de la Mano Fría, los protagonistas demostraron su calidad de seres humanos.
Quedó atrás el mal sabor de boca de anteriores encuentros (no sólo este en específico), en los que los autores se pavoneaban como portadores de la única palabra verdadera.
Quedaron atrás también los egos enaltecidos por el abstraccionismo de escritores que por codearse con alguno que otro destacado y verdadero trabajador de la palabra, van por el mundo alzando el cuello y sintiéndose herederos de la postestad de las letras.
Los escritores de las diferentes ramas (poesía, ensayo, narrativa), hablaron con franqueza no sólo ante el público, sino entre los de su misma locura.
Esta disposición se tradujo en una camaradería que sin llegar a extremos fundamentalistas o lisonjeros, fundó amistades que tal vez con el tiempo se conserven y produzcan nuevos caminos a las letras del país.
Y sí, también hubo una borracheras de marca demonio, ya cuando las palabras escritas habían hecho su labor y se dio paso a la convivencia nocturna. En eso tenemos maestría los norteños.
De este encuentro, rescato parte de la plática que el ensayista Geney Beltrán dirigió a los estudiantes de la Preparatoria del Chamizal y que transcribo a continuación:
¿Han oído hablar de un ensayo para niños? ¡Jamás! El ensayo no se escribe para los niños, ni para los jóvenes, entonces yo en vez de invitarlos a leer ensayo, los voy a invitar a que mejor no lean ensayo, que lean novela o poesía.
Probablemente, después de que hayan leído novela se interesen por llegar al ensayo. Si hay pocos lectores de novela y poesía imagínense cuántos lectores hay del ensayo, práctiucamente pocos.
...Cuando uno es joven, como ustedes lo son, se tiene muy poco interés. Cuando leen una novela lo que interesa es la aventura, la emoción, el suspenso, ese tipo de cosas, ¿han leído a Gabriel García Márquez, Julio Verne? Hay otras novelas de ellos además de 100 años de Soledad y 20 mil leguas de viaje submarino, historias llenas de aventura. ¿Alguno a leído poesía de Agustín Hernández, Jaime Sabines? Bueno, estos son algunos poetas que pueden ser de interés para ustedes y les pueden interesar para después leer otro tipo de poesía...
Hay gente que dice que se debe invitar mucho a los jóvenes a leer, yo creo que no, sinceramente, creo que se debería prohibir la lectura (estruendosa ovación), ¿han oído hablar de Al Capone? Bueno él destaca junto con otros cuando se prohibió el alcohol en Estados Unidos, entonces como se prohibió, habían gente que jamás había probado una copa y les dió por probar alcohol "nombre está prohibido hay que ver qué onda" y mucha gente pensó como ellos.
Entonces, se prohiben los libros, muy probablemente a mucha más gente le va a interesar leer, porque así como me prohiben tomar una cerveza o hacer ciertas cosas, puede ocurrir con los libros.
Pero bueno, esto nunca va a pasar, jamás se va a prohibir la lectura y muy probablemente los van a poner a leer El Quijote (se escucha un NO rotundo por parte de la audiencia).
Les voy a contar una anécdota, yo fui maestro de prepa por un par de semestres, supe de esto porque me ponía a buscar que leyeran los muchachos, lo que yo trataba de hacer era que los muchachos no se aburrieran, que no creyeran que la literatura era algo muerto, algo ajeno o que no tenía la menor relación con su mundo de ir al cine, con la chava, todo lo que hay en el mundo de los jóvenes; lo que pasa es que los libros nos traen cosas muy ajenas a nosotros, parece que empezamos a leer El Quijote y estoy de acuerdo con ustedes, resulta un poco dificilón, pero si te pones a leer otras cosas como Julio Verne, García Márquez, autores así, ustedes descubren que hay mucho más en las letras, pero el problema estriba en saber por dónde empezar.. van a descubrir que es un mundo cercano a ustedes, incluso El Quijote.
Como decía Paco (Alcazar), esto de la lectura no tiene que ser una obligación, los que estamos locos, somos gente normal, no nos la pasamos leyendo libros, aunque parece que nunca vemos un partido de fútbol o tomamos una cerveza, les juro que no.
Hay unos chicos sangrones, que se la pasan de traje y corbata, son muy serios, sangrones y que hacen creer que los escritores son unos bichos de otro mundo.
No, la mayoría de los escritores son gente normal. Nos gusta ver partidos de los pumas, de las chivas, también tienen novia, sueñan con casarse, tienen hijos van por ellos a la guardería, compran y cambian los pañales.
Lo que pasa es que si ustedes toman esto de la lectura como un placer, como algo de lo que tienen ganas -y si no tienen ganas no lo hagan-, lo hacen.
Ahora bien, no por leer un libro se van a convertir en un gran escritor a fuerzas, sería mágnifico que ustedes, muchos de los cuales van a ser médicos, abogados, ingenieros, que aún siendo todo lo que quieran, de vez en cuando se pongan a leer algo... pero por lo general los escritores se dedican a otra cosa, como lo antes mencionado, entonces ¿por qué escriben, porque son masoquistas? La realidad es que lo hacen porque les nace la vocación... Leer libros no está peleado con tener vida propia...


Aunque estas palabras aparentemente no dicen gran cosa para quienes se consideran portadores de la verdad y tienen que preparar ponencias para primera mesa, las frases que Beltrán dirigió a los estudiantes lograron uno de los objetivos de este evento, un encuentro real entre escritor-lector.
Aplaudo su sinceridad y entrega en un afán de crear nuevos lectores, Geney supo manejar una audiencia acostumbrada a la fácil solución de los problemas mediante un "click" al televisor.
Encuentros verdaderos entre escritor y posible lector sirven de estímulo no sólo para ellos, sino también para quienes tienen la oportunidad de compartir la mesa con trabajadores de la palabra de esta naturaleza.
Y sí, sigo creyendo que compartir la mesa es la manera de hacer las cosas bien, ya sea con poetas de la envergadura de Alí Chumacero o de quienes apenas empezamos e incluso, con aquellos que ni siquiera tienen una visión clara del entorno en el que nacieron y ahora sufren de alucinaciones cosmopolitas.
Una cosa es decir ya la hicimos, pero vamos trabajándole al respecto, y otra, hacerla nomás así, a lo pendejo, teniendo como única arma de defensa una palabra por la que nadie da ya ni un pito, porque creánme, eso genera dolores de cabeza y uno termina huyendo por haberse chingado fondos que otros, que sí escriben y que tienen ganas merecerían, pero que, ni modo, fueron mal utilizados por oportunistas con textos llenos de palabras rebuscadas y virulentas.
Pero bueno, luego de aplicar el venenoa la mosca, vuelvo al tema. En los rostros de los espectadores se veía la satisfacción de haber tenido un encuentro real con esos extraños seres, llamados escritores, reconociéndoles su calidad humana, con más errores y defectos que cualquiera.
Acciones como la de Beltrán rompen los estúpidos canones que por generaciones los llamados poseedores de la palabra, sostuvieron como fundamento para mantener azorado al pueblo, porque, seamos sinceros, parte de la culpa del retraso del pueblo la merece su sector intelectual, que no se ha valido de armas precisas para llegar a una población pensante, o al menos, a una población que busca respuestas, no mamadas.
Claro, también está el escritor que introduciéndose en los laberínticos caminos de la palabra, acusa por una virtud de lenguaje justificada y se embarca en la no fácil tarea de un rescate verdadero del sentido literario. Pero ese es otro cantar. Ese es el cantar que creo, se está conjuntando en la literatura joven del país.
Aún faltan posteos sobre el tema, déjen que termine otra nota y le sigo.

jueves, septiembre 04, 2003

A ver el encuentro pues

Estos días estaré como relator en el Tercer Encuentro de Escritores (ya ven, de todos modos tuve que participar), por lo que solamente vendré de vez en cuando a revisar el changarro. Mientras, los dejo con un interesante posteo del Hijo del Cartel .
También les comento que mi amigo el Ruv, sigue posteando y aunque a paso lento, ya le va agarrando la onda a la blogósfera.

miércoles, septiembre 03, 2003

The show must go on

Por la mañana me despertó el encendido automático de la televisión y en el canal sintonizado, cuando el gobernador de Chihuahua, Patricio Martínez García, en su programa semanal, realizaba airadas declaraciones en torno al caso de los Asesinatos de Mujeres en Ciudad Juárez.
Medio apendejado tovavía por la desmañanada, me levanté a prepararme unos Froot Loops, mientras escuichaba al ejecutivo estatal despotricar sobre ya tan gastado como irresoluto tema.
El gober llamó "Marchas Grotescas" a las manifestaciones de grupos ciudadanos inconformes con la seguridad social en el Estado Grande, asegurando que estos convoyes humanos podrían estar siendo manipulados por intereses políticos. Gober, dígale eso a unos padres que perdieron su hija en una tarde cualquiera y que sólo volvieron a saber de su descendiente, hasta que fue encontrado muerto con signos de violación y tortura.
Sin embargo no se ha descartado esa posibilidad que el ejecutivo menciona; quienes saben del tema en la ciudad, consideran que un grave manipuleo político podría ser factor del entorpecimiento de las investigaciones.
Empero, esto no se puede constituir como una excusa para encontrar a los verdaderos culpables. Digo los verdaderos, porque en todo Chihuahua tenemos muy identificado el concepto de Chivos expiatorios, es decir, aquellos miserables que pagan injustamente por los crímenes cometidos por otros, pero que estuvieron en el lugar y la hora equivocada.
"En Ciudad Juárez no existe nada más un problema de mujeres, existe un grave problema de homicidios que no han sido esclarecidos", dijo.
Dice Patricio Martínez que el problema de las Muertas de Juárez, no es un problema de género y apunta hacia las instancias federales, señalándoles su incapacidad para resolver más de mil homicidios a hombres, cometidos en la última década por cuestiones de narcotráfico.
Nada más que hay un pequeño detalle, en las miras del crimen organizado, los hampones se rigen por sus propias leyes y se ejecutan unos a otros, no implicando a terceros, claro, esto no constituye una regla.
En todo caso, el problema residiría en que la droga corre a mares por las calles juarenses y con ello, se ha incrementado el número de adictos -segúndo lugar a nivel nacional, según estadisticas de los Centros de Atención Juvenil-, lo que a la postre, es una bomba de tiempo que estalla lanzando en sus esquirlas, adictos que comenten delitos urbanos como robos y asaltos a mano armada, llevándose vidas inocentes.
Pero con un sistema penal tan deficiente, a lo único que puede aspirar el ciudadano honrado, es que los adictos con la malilla salgan por una módica fianza o pasando unas horas en la cárcel y ya en el colmo de los colmos, ni siquiera pisando las celdas, ya que pasando una mordida o cuota, se vuelve a la chamba.
Martínez García habló también sobre lo declarado por el Presidente de la República, Vicente Fox Quesada, en el sentido de la designación de un fiscal especial para los casos de las Muertas de Juárez.
Irónicamente nuestro gobernador señaló "que no lo manden solo, que le den recursos", lo cual desde un punto de vista tiene lógica: Durante los últimos dos lustros ha sido más la faramalla que la acción real de los gobernantes en torno a estos hechos. No hay culpables que convenzan a la opinión popular.
"Yo le pregunto a los ámbitos federales, con toda cortesía y con toda razón: vamos entendiéndonos, y en primer lugar les hago una pregunta: ¿Cuántos homicidios han sido esclarecidos por la Procuraduría General de la República o por las esferas federales? ¿O es que en la competencia federal no existe el homicidio?", dijo.
"Bienvenida la ayuda, bienvenido el comisionado, pero que nos digan con cuántos millones viene, porque si viene nada más a hacer señalamientos, a regañarnos, a echarle gasolina al fuego, a dar hiportésis absurdas, tontas, novelescas, como la del tráfico de órganos, hombre, muchas gracias, va a ser bienvenido, pero no va a ser la solución", añadió.
Lo cierto es que en Ciudad Juárez se requieren acciones verdaderas, no planes estratégicos ni buenas intenciones y es necesario empezar desde la educación en la casa, el fotalecimiento de los vínculos familiares y la comunicación ¡Ay puta comunicación entre padres e hijos, por piedad ya vuelve al hogar!.

La ingenuidad nos absuelve de equivocarnos
que cada uno aporte lo que sepa
te hicieron pan y ahí te consumimos
y la venganza es un trasto tan inútil.


Héreoes del Silencio, Iberia Sumergida.

martes, septiembre 02, 2003

The Castle of Salvation

Durante los años de mi vida que fueron destinados a la universidad, conocí a una inumerable cantidad de personas, pero sólo unos cuantos lograron formar parte de mi crecimiento existencial. Uno de ellos es Jorge, mi carnal, el Razzia.
El mote de este ex compañero de vivencias estudiantiles y hoy gran amigo, pese a la distancia que nos separa -hoy radica en la ciudad de Chihuahua-, se lo ganó debido a que ése era el nombre del grupo de rock en el que incursionaba en aquel entonces.
A Jorge, de rasgos duros y actitud similar ante la vida, lo conocí cuando por diversos motivos tuve que tomar clases en horario mixto, cuando acudí por vez primera a la clase de Teoría del Estado.
Aunque no nos parecemos físicamente en realidad, la imagen que teníamos para esos días era muy similar: Cabello largo en coleta y atuendo desaliñado. Esto valío para que mucha gente pensara que éramos hermanos. El tiempo hizo lo demás para que esa fraternidad se cimentara.
Como muchos jóvenes de la entidad, Jorge, originario de Cuahutémoc, Chihuahua, tuvo que emigrar en busca de una mejor oferta educativa, ingresando a la Facultad de Ciencias Políticas, acá, en la Ciudad del Crimen.
El día que nos conocimos yo llegué tarde a la clase; al sentir las miradas de un grupo distinto, lo único que hice fue que apuradamente me acomodé en los pupitres al fondo del salón. Allí estaba él.
Al terminar la clase, intercambiamos algunas frases y ya para el fin de semana habíamos hablado de la posibilidad de que el se cambiara a mi casa.
Durante algunos meses estuvo viviendo con parientes políticos, pero la necesidad de movimiento y espacio lo hizo pensar en cambiar de residencia.
Luego de afinar detalles, hablar con mamá, por ejemplo, Jorge mudó sus pertenencias en mi estropeado Grand Marquis, modelo año de la patada.
Los años de la universidad cobraron un matiz distinto desde ese momento; con carácter fuerte y comentarios cargados de humor negro, compartir la habitación con Jorge fue una experiencia además de enriquecedora para ambos, también llena de vicisitudes y penurias.
Eran los tiempos en los que apenas definiamos nuestro verdadero rumbo, cada uno se había decidido por seguir un camino distinto. El permanecía en la lucha por consolidar su propuesta musical, pese a la apatía de los demás integrantes de la banda y yo, mantenía de alguna forma oculto, mi placer por las letras.
No sabíamos que ya eramos quienes buscabamos ser, sólo bastaba el tiempo.
Por azares de lo cotidiano al pasar un año y medio, Jorge se cambió nuevamente a otro lugar, un departamento que comenzó a rentar con un paisano suyo, experiencia que no le resultó del todo grata.
Luego vinieron otras mudas y finalmente en la última etapa de su vida como habitante de la frontera, vivió en casa de la que fue su novia por varios años.
Esa relación, como suele suceder con las largas relaciones de noviazgo, terminó en tedio y desolación.Un día, simplemente Jorge se fue de regreso a su hogar paterno, dejando atrás escuela, amigos y futuro profesional.
Luego de algunas visitas que realice a su lugar de origen, supé que sus planes musicales continuaban, al menos no había perdido la motivación, pensé en ese momento.
Yo por mi parte, me mantenía en el vertiginio de las relaciones espóradicas, del sexo pasajero y la concupiscencia a más no poder. Eran tiempos buenos, pero no al grado de añorables.
Andar en solitario por las calles, después de todo la efervescencia de una noche de excesos genera tristeza, angustia, dolor de ser sin pertenecer a nada ni a nadie.
Hasta que un buen día me decidí y comencé con la vida literaria, pero bueno, este instante no es para hablar de mí, sino de quienes recuerdo.
Jorge, en uno de los viajes que hice en periódo vacacional de trabajo me dio una sorpresa: Se casaba. Aunque en primer instancia no se encontraba del todo convencido -nunca fue afecto a los convencionalismos sociales-, hubo un poder mayor que lo hizo dar el fátidico paso: Una hermosa niña que para ese tiempo ya tenía un par de años de alegrarle la vida.
Yo me encontraba en una de las etapas más duras de mi vida, enfrentaba la víspera de mi divorcio, por lo cual no encontré mejor escape que largarme mucho a una tierra donde prácticamente era un desconocido.
Después de ese encuentro, en el que el alcohol, la noche y las canciones fueron aminorando la ignominia, la distancia jugó un papel determinante y definitorio.
Fueron escasos los momentos de comunicación, salvo algunos correos electrónicos esporádicos, poco sabíamos uno del otro.
Jorge con su nueva banda, "El Orden", visitó un par de ocasiones esta ciudad, pero por diversos motivos no pude acudir a escucharlo.
En la última ocasión que vino yo me encontraba dormido, luego de una fiesta que me duró un día y medio consecutivo de alcohol, mujeres y otras sutilezas que alegran el vacío existir del poeta.
Cuando llamó a la casa de mi padre para ponerse en contacto, mi viejo, como suele actuar en estos casos, no me despertó, ya que seabía que de inmediato me hubiera ido a seguir la fiesta.
Esto no fue bien recibido por Jorge, que de alguna manera sintió que no quise recibir su llamada. La distancia se hizo más honda.
Luego de un año he vuelto a ver a Jorge, vino el sábado pasado a tocar en un bar de la avenida Juárez a un festival de bandas metaleras.
Aunque reticente, me llamó para dar aviso de su llegada y luego de un saludo frío de su parte, nos pusimos de acuerdo para vernos por la noche.
Yo llegué el bar acompañado de Norma y su embarazo y la verdad, confieso que me resultó extraño regresar al mundo nocturno-rockero.
Luego de adaptar nuestra vista en el oscuro antro, logré distinguir a mi amigo, curiosamente, él también se está dejando crecer el cabello igual que yo, por nueva cuenta.
Y es que en la etapa turbulenta -el divorcio y esas cosas-, cada quien en su tierra vital optó por tumbarse la melena, así como así, sin explicaciones a nadie.
Un fuerte abrazo, besos y miradas extendiéndose entre el tiempo, nos dejaban constatar que a pesar de los cambios físicos, seguíamos siendo amigos.
¿Cómo contarle la vida a un amigo casi hermano en unos minutos y con el bullicio alrededor? No sé cómo, pero de alguna forma logramos hacerlo. Luego vino el silencio.
El Razz fue contundente al señalar el silencio y la manera en la que prácticamente nos estudiabamos.
-Me ves como si fuera no sé qué- me dijo.
-Lo que pasa es que veo que ahora somos quienes queríamos ser, tal vez desde el primer momento lo fuimos, sólo que no teníamos el valor para aceptarlo, -respondí.
Luego vinieron los brindis (yo con agua mineral), más abrazos y el traslado a un bar menos noise.
Ya en El Open, un antro clásico de la ciudad del Crimen que es muy recurrido los viernes por la fresada que siente estar trasgrediendo las leyes familiares al visitar la zona de tolerancia y que por fortuna, los sábados de ve menos copado.
Luego de nuevas rondas de cerveza, agua mineral, canciones, fotografías instantáneas, bailes extraños propios de quien anda borracho y gustozo, culos pendulantes de veinteañeras sobre las sillas jodidas del lugar, la velada tocó su fin, al menos para Norma y yo.
Mi carnal Razz y yo nos despedimos con el cariño reafirmado de una amistad que ahora sé, ni el tiempo ni la puta distancia podrán derruir.
Tal vez ahora sabemos quienes somos, ya nos hemos visto, pero aún queda mucho camino por recorrer en este sinuoso camino que me llama a Obregón.

Con Extractos de Obregón

lunes, septiembre 01, 2003

RANCHO LAS VOCES ABRE SUS PUERTAS

Ya pueden visitar el blog de Rubén Moreno Valenzuela, el link está a la derecha, en el cuadro de honor, of course...

So long, Death Wish Master

Charles Bronson, el minero del carbón convertido en astro de películas de acción, particularmente en la popular serie "El vengador anónimo", murió a los 81 años de edad.
Bronson murió el sábado de neumonía en el Centro Médico Cedars-Sinai. Su esposa estaba a su lado, dijo la agente del actor, Lori Jonas. Se había internado hace varias semanas.
Sin dudas, Bronson fue una de las mayores estrellas del cine de acción de los años 60 y 70. Su estado de salud era muy grave, debido al mal de Alzheimer que sufría desde hace al menos dos años.
Bronson, cuyo nombre era Charles Buchinsky, había nacido en 1921, en Pennsylvania. Su carrera había empezado a principios de los 50, pero el nombre que le dio fama recién lo utilizó casi una década más tarde.
Trabajó en filmes como Los siete magníficos (bajo la dirección de John Sturgess), compartiendo cartel con otras estrellas que recién llegaban a la pantalla grande, como Steve McQueen y James Coburn.
Alcanzó su mayor popularidad en la década de los 70, cuando ya había pasado los 40 años. Fue la década de El vengador anónimo, la película que le dio fama mundial, y de filmes como El peleador callejero o El gran búfalo blanco.

Tomado de: Elclarin.Com