viernes, septiembre 12, 2003

CORTOMETRAJE JUARENSE: TIERRA PROMETIDA

Después de abandonar la sala de cine Norma y un servidor nos dirigimos al Centro Cultural Universitario para presenciar la proyección del cortometraje local "Tierra Prometida".
Esta propuesta ópera prima del director Angel Estrada, producida por Vladimir Fong y Lalas Tapia -quienes conforman Mala Vida Digital Films-, resultó ganadora del primer lugar en el Festival "Este Corto Sí se Ve", efectuado en la Ciudad de México y en el que participaron más de 200 trabajos de diferentes lugares del país.
El corto de 27 minutos de duración, estriba sobre la lucha de una familia juarense de escasos recursos económicos, que habita en la zona de Anapra, al poniente de la ciudad, uno de los sectores más marginados en cuestión de infraestructura, vapuleado, más que nada, por intereses político-económicos.
Tapia, Fong y Estrada iniciaron este trabajo en enero del 2002 y terminaron su edición final en julio del 2003. El trabajo presentado por estos jóvenes juarenses resulta estimulante para quienes viven en esta frontera y se encuentran ávidos de propuestas fílmicas, ante una industria cinematográfica local que solamente se ha avocado a realizar churros en formato de video homes, la mayoría de ellos, relativos al narco o a las muertas de Juárez.
El corto presenta un par de errores -mínimos- de edición al inicio, cuando se entrevista al personaje masculino de la historia, de ahí en más todo es un transcurrir de imágenes conexas y estéticamente bien manejadas.
De entrada, los creadores de Tierra Prometida presentan los bellos atardeceres que se pueden apreciar en esta frontera y que contrastan con las infames condiciones habitacionales en las que viven los pobladores de Anapra, colonia que, no está de más decirlo, está a un lado de la franja fronteriza, la cual divide el mundo real del capitalismo, del american way of life.
Es en este espacio donde los hermanos Carlos, María Esther y Juana dividen su tiempo entre la escuela y el trabajo a la maquila. El claro reflejo del habitat de estos emigrantes procedentes de la ciudad de Obregón, Sonora, sus sueños, anhelos y desventuras conmueven a una audiencia local que ya poco se sensibiliza ante la ignominia que viven algunos de sus conciudadanos.
Luego de la proyección del corto -del cual no hablaré más para que lo vean-, subieron al escenario los comentaristas y realizadores. La mesa estuvo integrada por Zulema Méndez y Willivaldo Delgadillo (comentaristas y por Vladimir Fong (productor) y Angel Estrada (director).
De lo rescatable en esta mesa, después de una larga introducción de parte del escritor Willyvaldo Delgadillo sobre los orígenes de la industria fílmica en la localidad -dio la impresión por un momento, de estar autopromocionando "La Mirada Desenterrada" *), fue cuando al dar lectura a su comentario, partió de la pregunta ¿Si es posible imaginar esta ciudad de otra manera?
Partiendo de lo anterior, Delgadillo señala que desde su origen, esta frontera fue reservada por la Historia como un espacio a lo exótico, la violencia y a los atavismos de una sociedad primitiva.
Destaca el escritor de "La Vírgen del Barrio Arabe" las miradas interiores que el director Angel Estrada logra hacia la forma de vida de una familia que subsiste en condiciones precarias, rompiendo con los esquemas de cine acartonado que se avoca principalmente a los temas ya señalados, narcos, prostitución y muerte.
"Sobre el plantemiento de que si es posible ver la ciudad de otra manera, yo respondería que sí, pero con ciertos condicionamientos:Sí, si es posible si abandonamos de una vez por todas la noción, de que los habitantes de esta ciudad somos mudos y homogéneos. Sí, si reconocemos nuestra pluralidad. Sí, si creamos las condiciones para que todas las voces se escuchen. Sí, si somos capaces de crear condiciones para que todas las voces se expresen.
Sí, es posible imaginar la ciudad de otra manera, si nos atrevemos a ejercer nuestro derecho de mirada e inventar una gramática para hablar de nosotros mismos, para hablarnos a nosotros mismos".
Al finalizar Delgadillo su intervención, prosigieron Méndez, Fong y Estrada con sus comentarios, pero finalmente, lo que llamó la atención de la gente (ávida también, por qué no decirlo, de los reality shows), la participación de Maria Esther (aunque realmente creo que era Juana).
La anaprense fue enérgica al hablar sobre las vicisitudes que formaron parte de la filmación del documental.
Expresó que en un principio tenía miedo de mostrar su forma y condiciones de vida, sin embargo, movida por un deseo de justicia social, abrió las puertas de su hogar y de su alma, para que una comunidad fronteriza indiferente a los verdaderos problemas de la ciudad, observe con detenimiento, cuáles son las condiciones en las que tienen que subsistir, las más de 20 mil familias -no cuento de momento con el dato preciso- que habitan el sector Anapra.
La protagonista hizo un encarecido reclamo a las tutoridades gubernamentales, haciendo latente su dolor como ciudadana que vive en una zona donde ha valido más el interés político que miles de personas que han trabajado honestamente por superarse y llevar algo de comer a sus hogares.
Antes de finalizar su intervención, la joven dio una lección más a los presentes, específico claramente que la propuesta fílmica realizada por Estrada, Fong y Tapia, costó además de dinero de sus propios bolsillos, horas de desvelo, trabajo en distintos climas, por lo que únicamente pedía que nadie, absolutamente nadie más quisiera llegar a colgarse los logros que ellos se merecen.
No quiero que las instituciones ahora vengan y digan que ellos apoyaron este proyecto, cuando yo los ví cómo trabajaron a marchas forzadas por conseguir este objetivo, no debemos permitir que ni instituciones educativas, gobierno o fines capitalistas teminen con este sueño que es de ellos tres, comentó
"Yo ya me voy, nada tengo que hacer aquí mencionó a manera de final la originariia de Obregón, ante lo cual los panelistas vieron frustrados sus deseos de responder preguntas de la audiencia.
Las palabras de la anaprense cargadas de elocuencia y desencanto ante una disparidad de apoyo por parte de la sociedad en general, estaban cargadas de honestidad brutal, el balde de agua fría fue lanzado por completo a la audiencia.
Luego siguieron el cóctel, las felicitaciones, los saludos y finalmente, una despedida que, espero que haya abierto la posibilidad de que se abran las instituciones al apoyo de los nuevos creadores, a las porpuestas no sólo fílmicas, y que el gobiernito de juguete con el que ahora contamos en la localidad entienda de una buena vez que la cultura no es un gasto inecesario, sino un reclamo de su pueblo votante.

Los ganadores del Festival "Este Corto Sí se ve", harán una gira por todo el país, en 40 ciudades, y en países de Sudamérica y hace dos semanas se exhibieron en Bolivia, en un festival y luego van a La habana, Colombia, Venezuela. No dejen de asisitir si visita su ciudad
Con información de Igmar Prieto de la sección Gente, Apartado Tierra Nuestra de El Diario.

*"La mirada desenterrada; Juárez y El Paso vistos por el cine (1896-1916)", de Willivaldo Delgadillo y Maribel Limongi. Investigación sobre la incursión del cine en la franja fronteriza, para mayores informes, dar un clic aquí


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