jueves, febrero 28, 2008

viernes, febrero 22, 2008

¿Y mis 50 mil pesos qué?


Ojalá que llueva no importa que sea café y mucho menos en el campo, que se drenen las nostalgias de una buena vez, que Ulises ya no insista jalándome del cabello para que me levante y lo lleve a comer hamburguesa. Que los días sean lo que deban ser y que las noches no me roben el silencio, que no quede todo en mera alucinación de la verdad y termine reclamando a la polecía mis cien billetes de 500 varos.



No hay pedo my friend, yo sí te comprendo ¡y arriba el Atlas!

miércoles, febrero 13, 2008

Cloverfield o La versión de los vencidos



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Durante mucho tiempo me llegué a preguntar cómo se sentirían o qué pensarían aquellas criaturillas insignificantes llamadas seres humanos (en especial de origen asiático) en los momentos previos a que les partieran su madre bestias descomunales, animales fantásticos provenientes del espacio o de las mismas entrañas de la tierra.
En Cloverfield “El Monstruo”, como se le tituló en español a la cinta con duración de 85 minutos, dirigida por Matt Reeves y producida por J. J. Abrams, se da respuesta a esta y otras de mis interrogantes de adolescencia.
Como suele ocurrir cada vez que voy al cine últimamente, no entro a una sala motivado por una película en específico, sino por la disponibilidad del horario.
En esta ocasión al preguntar sobre las cintas disponibles era Cloverfield y otra cinta de origen español las que se encontraban disponibles.
La película realizada en la Madre Patria era la primer opción, pero como no se les entiende ni madre a lo que dicen, ingenuamente pregunté si el largometraje contaba con subtítulos, las chamacas que atienden la taquilla no atinaron más que a reír como japonesillas punks drogadas.
Desilusionado por la falta de entendimiento a mi petición, pregunté –ingenuamente- sobre la segunda opción y lo único que atinaron a comentar fue que se trataba de una película, como “La Bruja Blair” ( The Blair Witch Project, 1999 ) pero ubicada en la ciudad ¿?.
Intrigado y divertido por la respuesta no me quedó otra más que apurarme a conseguir las palomas y el refresco respectivo para hacer más llevadera la apreciación del clásico churro martesiano.
La historia se desarrolla en un inicio en Manhattan, en un edificio de departamentos donde se lleva a cabo una fiesta sorpresa de despedida de Rob, un chamacón al que la suerte le ha sonreído y viajara al Japón como vicepresidente de su empresa.
Los amigos, una cofradía de adultos que no se resignan a perder la adolescencia preparan todo para que quede muy cool y al Rob le vaya de aquellas en la tierra del harakiri.
Uno de los invitados, Hud, el más pendejo según se observa es comisionado para que grabé con una cámara portátil mensajes de aliento de los invitados y gorrones a la borrachera.
Pero la fiesta se desmadra porque a alguien se le ocurrió invitar a la que era la morrita del Rob y la muy culeís le cayo al party con su nuevo bato, lo que provocó el agüite del muchachón de la movie.
Por si fuera poco, un temblor sacude el edificio y la raza prende la tele para enterarse de qué fue lo que provocó el sacudimiento.
Sin hacer la reseña de la película en sí más larga, les cuento que de la nada sale un pinche monstruote y les parte su madre a todos, incluido a los soldaditos.
Independientemente de que los efectos especiales de la filmación en su mayoría están bien logrados, la escena que más me agradó no fue cuando el animal, por llamarlo de alguna manera, le arranca la chompeta a la Estatua de la Libertad y la escupe por chafa, sino cuando los soldadines se agarran a putazos con el buba-lubu ese.
No es otra tonta película de miedo o suspenso, no me dio ni frío ni calor, pero me entretuvo, debo admitirlo.
Hay mucha gente que la ha estado haciendo de pedo que por el manejo de una sola cámara móvil en la mayoría de la filmación.
A diferencia de la Bruja Blair donde las escenas provocaban el asco, no por su vértigo sino por la flojera que causaba, en Cloverfield la apuesta es al movimiento real, la desesperación y el miedo del que escapa.
No hay que esperar tampoco grandes líneas filosóficas o cargadas de sensibilidad en sus personajes, quienes esto busquen mejor que se renten un DVD de cagadas intelecutales y se encierren en su casa.
Lo único que ruego al santo patrono de las producciones fílmicas es que no se desate una fiebre de chavitos que sintiéndose experimentales comiencen a hacer pendejadas con la cámara casera con la que grabaron su graduación de la prepa, los quince años de su prima o los 40 años de matrimonio de sus abuelos.
Cloverfield es una película disfrutable en un tiempo de paranoia y desencanto que prevalece en el mundo contemporáneo y ver qué es lo que sienten los humanillos en los momentos previos a convertirse en cagada, es el plus del deleite. Godzilla y King Kong han sido vengados. Nada más.

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Por cierto, hoy anuncia Yahoo! en su portada para México, el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio localizada en el estado de Coahuila México. El animalito lleva por nombre Velafrons coahuilenses y es muy parecido al muchacho gacho que se desmadra Manhattan ¡Arriba Torrión!