jueves, diciembre 26, 2013

Tercera causa


OCÉANOS
En la pérdida de dolor inmerecido
nada de desánimo
nada en el amor recuerdo
dijiste al confirmar un pasado que ahora habito.

En la noche misma este corazón habla
ya los párpados cerrados en rojo sueñan
y el sonido de la lejanía penetra en las heridas
es sólo una gota de agua que cae desde el invierno.

De la casualidad soy alguien que viaja
mujer dime la clave
algo que suceda
alguien que no sea sin ti
seamos iguales a lo lejos
en una sonrisa, en un leve movimiento.

Yo sabré así de tu cuerpo,
asiré tu mirada al horizonte
como náufrago en busca de auxilio
nada más, nada más
sobreviviré este oleaje
otro día, hasta alcanzar  tu voz

al abrir los ojos de mañana. 

jueves, diciembre 19, 2013

Segunda Causa


Dicen que el atardecer ocurre en tus labios los últimos rayos del sol se guardan en tu sonrisa y viven en el recuerdo de otros de aquellos que logran encontrarte Dicen estas memorias rotas que ahora junto que de tí nadie más hablará tanto como yo que aprendí a extrañarte sin haberte visto que nada de lo que existe es realidad Dicen aquellos que saben que el corazón es un pretexto de la nostalgia que al seguir tus pasos el sol se acerca y hay muchos que mueren de ser Ícaro pretendiendo el vuelo, acercándose a tu aire Este es otro día robado del invierno "Here comes the sun", she said Y yo le creo.

Primera Causa


Entra en la nube la hoja de la flor
es el otoño una noche
el presagio de sentir la niebla
entra en tí
la forma discreta el perfume
una manera de entender la magia
eres y tu sonrisa es el anuncio de la madrugada
la posibilidad de soñar sin ser visto
ser ese habitante de los sueños rotos
el único que busca vivir y renacer de tus labios

Así dentro de las causas que me llevan al desvelo
puedo reconocer tu nombre
puedo alcanzar tu imagen y discretamente acariciarla
en las yemas de mis dedos está el fuego que dejó tu piel
está el alba y un adiós que permanece ajeno
porque quiero reconocerte, al despertar.

viernes, octubre 04, 2013



De regreso a la Casa Usher

He cambiado de residencia, pero me he llevado los residuos de la memoria conmigo, porque he vuelto a mi guarida, la de siempre. Dejé atrás la piel de camaleón para evitar mimetizarme, ahora solo soy, invisible.
Han sido días y noches de desintoxicación involuntaria. Una enfermedad gastrointestinal me llevó a caer presa, primeramente del terror que provoca el saberse vulnerable, susceptible a ser tomado por la mano fría de la muerte, en la madrugada, y arder en fiebre y sentir la cólera de Dios por todas las faltas cometidas.
Y así, con la humildad del que se siente vencido, termina uno pidiendo perdón por las buenas acciones y una nueva oportunidad para cometer los actos de venganza. Tiene uno en las manos el temblor del arma, la empuñadura ensangrentada, el humo de la pólvora en el ambiente, la sed constante de seguir en la lucha.
Por eso el amanecer es distinto, al tener la oportunidad por nueva cuenta de abrir los ojos, por eso y no por otra cosas, es que uno,  hace el esfuerzo para combatir, aunque la sangre siga fluyendo hacia fuera de nuestro cuerpo,  pese a que la herida no esté cerrada del todo, es más el deseo de continuar que las ganas de caer.
Este amanecer es distinto. Hoy me llegó el nuevo equipo de entrenamiento, sigo medicado, pero las heridas internas sanan y en pocos días concluirá esa fase y estaré recuperado para saldar deudas, está por iniciar la cuenta regresiva en la lista negra que guardo celosamente y que ya comenzó a quemarse.

Mis puños arden .

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domingo, febrero 10, 2013



*Nueve cuarenta

Ser, estar, permanecer, adjudicarle las ganas del día a un grupo: reír, asentir, ser cordial, vertical, estrechamente derecho, por la singular ruta del sincretismo, sin mucha creencia, más que nada entender que se trata de una cohesión de cretinos y que el destino empinado ha decido que dé la vuelta, que se queden ellos con la mordida de la manzana. El veneno es tardío de la roja boca, el veneno ya ardió en esta boca.
Acabo de darme cuenta que también tengo sueño y necesito descansar pero aborrezco el preludio, la estadía entre la conciencia y el mundo que no depende de mi pensamiento, acabo de entender el horror que me cuesta cerrar los ojos mientras en la noche se respira ausencia y aún se escucha el movimiento en las avenidas oscuras, lejanas presencias de la madrugada.
Hablo de que si me quedo callado dormiré sin remedio y no tengo palabras para entender el espacio vacío entre la oscuridad y estas manos que ansían no ansiar. Hay dentro de la noche una hoja que cruje cada vez que mis párpados se ejercitan, el sonido de una motocicleta que desgarra el suelo, hay en mis dedos la voluntad de no dejarme vencer por el miedo.
Escucho sin más los tambores de guerra, alguien insiste en derramar siempre sangre, alguien desea con todas sus fuerzas que esto suceda para poder ganarse un premio y salir como evangelizador a otras tierras a decir lo que no ha vivido, el dolor que no ha sentido, la ausencia que nunca tendrá.
Nueve cuarenta por nueva cuenta, nadie escapa a las horas del cansancio, se aletargan los deseos y aunque la mente sigue despierta, mis movimientos desaceleran, el cuarto mengua y la escalinata por la que mis ojos descienden abre una interrogante hasta alcanzar una última pregunta…
¿A cuánto equivale una mirada con el destino de Dios?

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*De OB

jueves, febrero 07, 2013


Grasa, joven

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Hay quienes se ensucian y lo hacen dignamente para llevar el pan a casa. Su esfuerzo representa un gran orgullo que me emociona. Los encargados de pavimentar las calles, los trabajadores del sistema de limpia, los fierreros botelleros, los pepenadores, la gente común que se enfrenta a la vida y que suda por alcanzar el pan para su mesa, merece mi reconocimiento, me conmueve y me hace trabajar con honestidad en lo que hago.
Habrá quién se llene las manos de sangre y procure en su falsa idea de bienestar alcanzar lujos y dinero, pero envuelto siempre en una vida de zozobra y terror. A ellos no los juzgo, ya les llegará su tiempo.
Yo estoy con las manos llenas de tinta. El día fue largo y denso. Tuve que esperar más de una hora para poder escribir la primera palabra de estas líneas. Era tan difícil acomodar las ideas, no sé si por el cansancio, el fastidio, el enojo, la frustración, que este jueves en particular fue acumulando tras mi espalda.
Aunque relativamente las cosas marchan bien en casa, fuera de ella, los desencantos parece que hacen fila para irse mostrando. Observar la deshumanización del hombre, los actos brutales que se cometen contra las mismas familias, me provoca un sentimiento de profunda e inevitable tristeza.
El trabajo es un gran espacio en el que puedo mantenerme al tanto del acontecer mundial, me permite además estar conectado de manera permanente en la red, pero también, me muestra el lado oscuro, no solo de la sociedad mexicana, sino la de cualquier país, en donde existen también, las vejaciones brutales e irracionales a la vida y a los derechos.
Al salir hoy de trabajar, presencié involuntariamente la entrega de un par de chicos a un albergue a donde tendrían que parar, después de que uno de ellos, fue víctima de maltrato por parte de sus mismos progenitores. No tengo palabras para definir el asco, el horror y la angustia que me provocó saber que existan bestias de esa naturaleza. Los pequeños de edades similares a mis chicos, en su inocencia, se adentraron al refugio, donde nadie, excepto extraños, les esperaban con los brazos abiertos. En sus pequeños rostros había una hermosa pureza que contrastaba con sus ojitos, llenos de incertidumbre y temor.
No pude, ni quise evitar llorar al verlos perderse en el umbral y no pude hacer otra cosa que abrazarlos a la distancia en silencio.
Encendí el vehículo y partí con rumbo a casa, y en la búsqueda interna aún con la emoción a flor de piel, no pude hacer otra cosa que darle gracias al Ser Supremo por tener en casa a los míos sanos y en su hogar.
Ulises -quien ya muestra signos rebeldes de pre-preadolescente-, sabe que llorar es una manifestación sana y purificadora, sin embargo, se contrarió al verme abrazarlo y derramar una lágrima. Le explique a grandes rasgos y de manera sencilla lo que había visto y después de mirarme con sus grandes ojos me dio un abrazo breve y me dijo que todo iría bien, para regresar a su rutina habitual, no sin antes recordarme, que mañana viernes, representará a su clase en un evento de oratoria.
También él tuvo un día muy largo: Entre los nuevos cambios de rutina, de permanecer todo el tiempo rodeado de familia a ahora permanecer en una estancia y de ahí a su sesión de futbol, pocos minutos nos quedan para convivir en casa.
Antes de que me diera cuenta, el campeón había terminado rendido en la cama y yo acá, tomando un café y tirando un pan que debería acompañar mi cena,  vi sus zapatos sucios y decidí bolearlos y me quedaron perfectos, aunque mis manos están ahora manchadas de tinta, pero no importa, mañana es un día importante, mejor que el que ya se fue...

martes, enero 15, 2013



Un hombre de poca fe

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En apariencia he sido un hombre de poca fe. Tal vez esto se derive de mi falta de apego a las religiones o a la ausencia recurrente en los templos donde se practican los cultos. Nunca me ha interesado demasiado acudir a las iglesias, salvo para apreciar su belleza arquitectónica o los tortuosos pasajes que han quedado plasmados en sus paredes, ya sea por medio de los via crucis o por algunos iconos que se observan más golpeados que por la policía judicial en sus años de mayor apogeo.
Decía que en apariencia he sido un hombre de poca fe, porque me he dejado vencer en ocasiones por el tedio y el desencanto del ser humano. He tenido etapas de dolor casi insoportable derivado de las decepciones de personas en las que creí que podía confiar y querer y por las que terminé apuñalado o en el olvido.
Mi poca fe se sustentaba cuando al paso del tiempo veía como  alrededor se iba quedando un paisaje desolado, aún y cuando nada me lo impedía, ya no era yo el encantado de visitar a conocidos o de recurrir a sus cariños.
Sin embargo, cuando veo en retrospectiva, creo que debo aceptar que la esperanza siempre, pese a los tropiezos se ha quedado conmigo.
Muchas de las ocasiones he sido yo mismo quien ha alejado a quienes me quieren. La ira, mi personalidad múltiple, el vacío que por temporadas llegó a ensombrecerme, terminó por ahuyentarlos y no los culpo.
Cuando alcance a ver este doble rostro del abismo, me di cuenta que no era la fe lo que había perdido, sino mi antifaz y entonces pude continuar.
Como un extraño presagio, encontré este apunte de 1998, que sin querer, en este momento se conecta con este texto:

"Y en medio de este desierto amigable que se funde como un pueblo imaginario donde habitan las horas con el sueño, allí, en un viejo castillo, se quedarán mis pesadillas en lo profundo. Mientras, mis ademanes construirán un nuevo camino en esta carretera, un sendero más donde la noche guiará mis pasos, dejando atrás, otra ciudad desconocida".


lunes, enero 14, 2013



Mágico mundo de colores

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En mi pequeña infancia los colores eran nítidos. Le llamo pequeña porque son pocos los recuerdos que albergo, son fulgores de una existencia que, aunque breve, fue disfrutada. Algo de mí en aquel tiempo, logro vivir plenamente, hay imágenes de días, hay noches donde ciertas escenas se han quedado guardadas como fotografías con un poco de movimiento.
De esos años, guardo con cariño las tardes en las que ansiosamente esperaba las historias de Disney. Sí, me gustaba ver la televisión, como cualquier niño de mi edad que creció entre las décadas de los 70 y 80 cuando ver la tele después de hacer la tarea, era un privilegio.
Pues bien, recuerdo especialmente los capítulos de Disney, porque no sabías que te ofertarían si se tratarían de dibujos animados o bien, de una historia protagonizada por humanos.
Ambas me gustaban, aunque en un principio prefería las de caricaturas, también llegue a disfrutar las noches en las que presentaban mini películas protagonizadas por actrices como Jodie Foster.
Decía pues, que como niño de las décadas 70-80 viví momentos mágicos, llenos de ilusión, tal y como se cantaba en la introducción de la serie, donde aparecían el castillo, un bello paisaje de un lago y una montaña, algunos jinetes practicando el hipismo,  una especie de caleidoscopio que ejercía una especie de efecto de hipnosis o era un preámbulo de la fascinación que nos esperaba y Campanita revoloteando para dar su toque mágico.
Sí, yo fui un niño feliz en el tiempo en el que podía ver la tele en la sala al caer la tarde, me encantaba que la serie terminara y echar mano de la imaginación para continuar con las historias, cuando éstas se quedaban inconclusas.
Sí, el mundo era una cascada de colores, mágico era el mundo, pese a que, como la mayoría de los niños de mi tiempo, contaba con una televisión en casa en blanco y negro y de perilla y lo más que llegaba a ser un control remoto, era un regulador de corriente.
Sí, el mundo es mágico aun cuando lo veamos gris, cuando después de crecer veamos las reales intenciones del ser humano, cuando el odio y el malestar hacen deplorable el día a día y entendemos que los sistemas económicos y políticos de tan contradictorios que son guardan similitudes que aterran y apestan.
El color nace de nuestras miradas, con ellas se pintan los días, con el infante que llevamos dentro. De vez en cuando hay que dejarlo salir a cantar.


domingo, enero 13, 2013



Las Hormigas 


Capítulo 3

Hubo un día en el que viajábamos, hubo un día en el que pensábamos llegar, hubo una vez, también en la que decidimos callar.
Tenemos que guardar silencio y seguir trabajando.

Hormigas saliendo de la nariz, sus patillas generaban lo mismo comezón que un exasperante cosquilleo, eran cientos, quizás miles de ellos formando un largo Puente entre la fosa nasal y la entrada al hormiguero cercano a la gran lila en el patio de ésa construcción de principios del Siglo XX. 
Un hombre tirado entre las ruinas. La devastación similar a una zona bombardeada. Sirenas. Humo. Silencio.

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Ese sueño tan recurrente de las noches recientes de los casi tres años que he permanecido en la estación espacial han comenzado a torturarme y más desde la última ocasión que logramos establecer contacto con la torre de control en la Tierra.
El mayor Tom se ha quedado dormido. Hace tres días que se nos terminó el alimento y sólo queda poca agua y oxígeno, tal vez para un par de semanas.
El mundo como lo conocíamos, dejó de existir hace unas horas. Hemos visto el hongo alzarse en cientos de puntos de manera instantánea y devastadora.
Tonalidades azules, rojas, amarillas, naranjas en el cielo del mundo. Vórtices de fabulosa coloración anuncian la llegada del apocalipsis que desde acá nos da una tan bella como horrorífica imagen de la autodestrucción humana.
En mi memoria solo hay destellos y la desolación. Recuerdos de la vida terrestre. Mi familia y amigos, ahora tal vez sólo son cenizas. Desde acá se pueden observar  los continentes y nos dejan intranquilos al ver cómo lugares que de noche se iluminaban, ahora sólo forman grandes columnas de humo, como si se tratara de cientos de pequeños volcanes en proceso de erupción.
Alguien apretó un botón por error.
Cuando yo creí que iba a pasar, el ser feliz, pensé en tocar el piano, en creer que soñar era vivir, luego…
Hice una pausa, abrí una puerta, y hubo un dónde, parar, escuché el cielo, decidí y el silencio estuvo, más allá de lo que podía sostener... luego vino el mar… vi la alegría, vi que todo estaba bien, era Navidad, otra ocasión como para no perdernos…
¿La felicidad es reír? ¿La felicidad es sonreír? ¿Qué es la felicidad si no pueden sostener mis rodillas la motivación?...

sábado, enero 05, 2013

La noche es un café a medio tomar,
la mirada clavada en él es el sueño,
amanecer es el primer eco que deja el silencio.

La palabra Despertar es.