Cuarta Causa
Salgo de la caja
de madera, del tic tac interminable de los días
y el viento toca
mis oídos y se escucha como un libro deshojándose
mientras la
quietud de la calle contrasta con el movimiento de los árboles
en este sendero
reconozco que caminar es buscar la paz a través de los pasos.
Desde este lado donde
vago la noche es un arrebato del silencio
el cielo despejado acecha como si el inverno
lo hubiera abandonado
pero en realidad
lo engaña porque golpea en mi cuerpo
y juega con el
cabello creando laberintos y constelaciones.
Con el azul
entredicho abro la voz a este momento
al descanso que
permita observar el vértigo dentro del huracán,
como una nueva
forma de lenguaje la idea de tu rostro da luz
dentro de este pensamiento,
ilumina a aquel que anhela observar la
quietud.
Ávido de ti regreso
por la calle sin eternidad ni nombre
ausente del amanecer
he tenido por parte del insomnio esta nostalgia
detrás, el sueño
me recorre escalofrío y despierto
al sentir tu mano
cuando alcanza a tocarme con el cierzo.
Abro la puerta
una vez más a la conciencia
nada más que este
puño de polvo me acompaña
pero en la
esquina dejé un canción que te nombra
como mi única
heredera de la noche.