viernes, enero 31, 2014

Cuarta Causa

Salgo de la caja de madera, del tic tac interminable de los días
y el viento toca mis oídos y se escucha como un libro deshojándose
mientras la quietud de la calle contrasta con el movimiento de los árboles
en este sendero reconozco que caminar es buscar la paz a través de los pasos.

Desde este lado donde vago la noche es un arrebato del silencio
 el cielo despejado acecha como si el inverno lo hubiera abandonado
pero en realidad lo engaña porque golpea en mi cuerpo
y juega con el cabello creando laberintos y constelaciones.

Con el azul entredicho abro la voz a este momento
al descanso que permita observar el vértigo dentro del huracán,
como una nueva forma de lenguaje la idea de tu rostro da luz
dentro de este pensamiento,  ilumina a aquel que anhela observar la quietud.

Ávido de ti regreso por la calle sin eternidad ni nombre
ausente del amanecer he tenido por parte del insomnio esta nostalgia
detrás, el sueño me recorre escalofrío y despierto
al sentir tu mano cuando alcanza a tocarme con el cierzo.

Abro la puerta una vez más a la conciencia
nada más que este puño de polvo me acompaña
pero en la esquina dejé un canción que te nombra

como mi única heredera de la noche.