lunes, marzo 17, 2003

Volvió el frío a la ciudad, cuando ya todos guardabamos las chamarras y dabamos por hecho que el verano iniciaba en primavera, nuevamente el clima cambia, viene la lluvia desértica, ésa que invariablemente mezcla agua con tierra y un chingo de aire.
Las calles nuevamente lucen desiertas, la gente anda con el apuro de llegar no sabe a dónde, pero anda a madre, esta ciudad es bella por su kinésis, de día puede parecer una prostituta trasnochada, pero siempre al caer la tarde se vuelve la mujer más guapa y deseada por los ebrios, que constituimos el 70 por ciento de la población... si no es que más.

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