lunes, agosto 16, 2004

Soy feliz porque...


Todo comenzó cuando me di cuanta que en la parte trasera del mini-sexy atuendo que traía mi compañera de viaje, contaba con una dirección electrónica. Se trataba únicamente de la marca del precioso calzoncillo que portaba durante la noche y al cual no le daría mayor importancia, si no fuera porque le estoy dando mayor importancia.
Bueno, sin querer, tal prenda (¿o fue el contenido?) me dejó meditando durante un buen tiempo y me hizo recordar aquella película que protagonizara el inolvidable Mario Moreno Cantinflas en "Caballero a la medida".
Para quienes no recuerdan tan peculiar cinta, destacaba al inicio por un cantinflas sonriente y muy bien vestido, de etiqueta, si mal no recuerdo, que andaba por las principales calles de la ciudad luciendo a más no poder su pingüinesca soberbia, que uno termina por creérsela hasta que viene la toma de espalda en donde aparece un mensaje que reza: "Soy feliz porque me viste Ortiz".
Obviamente tal detalle provoca la risa no sólo de los transeúntes que se ven a su lado, sino también del espectador, en este caso, nosotros.
Ok, hasta aquí no hay nada más allá que un par de anuncios, pero lo que ahora me resalta a la reflexiones propiamente, el giro que ha ido tomando el valor de las marcas en nuestro apabullante sistema de autoconsumo. Ya la gente vive por las marcas y su presencia en algún lugar se resalta siempre y cuando sus ropajes vayan con el logotipo, la firma o el garabato de moda.
En este sentido la moda nos deja una muy clara enseñanza no solamente en cuestión del vestir, sino aplicándolo a distintos ámbitos que hoy nos incumben, saber del cómo antes ciertas cosas que nos causaban asco, vergüenza o indignación por lo humillante que representaban, hoy, simplemente han pasado a ser parte de nuestro atuendo cotidiano.
Para nuestro infortunio estamos tan inmiscuidos en el autoconsumo que no podemos separarnos de ese cáncer que es la mercadotecnia, sería demasiado estúpido volver a utilizar los atuendos con pieles o volver a vestir todos con la ropa de manta. Mejor dejémoslo así, a ver que pasa. Por lo pronto, ya preparándome para la próxima temporada otoñal, estoy a punto de pintar unas letras en uno de los sacos de pana que me quedan, para no quedarme tan atrás en cuestiones fashion, "soy feliz porque..."

No hay comentarios.: