lunes, agosto 18, 2003

Cielos, Cruces y Otros Cuerpos
La noche del domingo acudimos a la presentación de la exposición fotográfica "Cielos, Cruces y Otros Cuerpos" y un servidor fue el encargado de introducir al auditorio los pormenores de la propuesta visual de Alvaro Avila.
Alvaro Avila es un joven compañero del Diario, que nació en 1981 y desde los 18 años comparte su tiempo como estudiante de la carrera de Diseño Gráfico y fotográfo para el periódico.
Anteriormente había trabajado para Norte de Ciudad Juárez, uno de los medios impresos de la Ciudad del Crimen que se dice portador de la verdad del pueblo, pero que en realidad es uno de los más grandes explotadores del talento periodístico local, del cual ya después hablaré con más detenimiento de las injusticias que han sufrido los que ahí laboraron o que siguen laborando.
Pero bueno, regresando al tema central de este posteo, comentaré que durante la presentación me ví obligado a resumir de manera considerable el discurso que tenía semi preparado para tal evento.
Las razones que me orillaron a lo anterior fueron, primeramente a que debido a un malestar de salud me impidió escribir una ponencia sobre el trabajo que Avila recopiló durante dos años y medio, y la segunda, al amontonamiento de eventos que se dio la noche de anoche.
Resulta que además de la exposición se realizó un toquín con dos grupos de rock locales, de los cuales sólo recuerdo el nombre de "Ladies and Gentleman", con una porpuesta más que nada noise, en donde se conjuntaban los esfuerzos de la generación Matrix por rescatar la corriente rockeroelectrónica.
Pues bien, este acontecimiento convocó a decenas de adolescentes que atiborraron el reducido espacio del Café Mediterráneo, creando confusión entre los invitados de la expo, teniendo que conformarse los convocados a permanecer de pie.
Por estas condiciones fue que entre la presentación de un grupo y otro, nos dimos a la tarea de resumir la presentación a casi un aviso de que allí se encontraba el trabajo del buen "Varo".
Mis palabras, que acaso hicieron algún leve eco entre el bullicio, se resumieron al agradecimiento para Arody, propietario del café, así como una breve arenga a los presentes para apoyar los eventos de naturaleza independiente.
Por obvias circunstancias tuve que contener las oraciones dedicadas al juego metafórico que se conjuga en la obra del Varo, ideas de las que haré uso en esta ocasión.


"Donde quiera que estés Carnal"

El trabajo de Alvaro rescata momentos que pueden pasar inadvertidos, en sus imágenes lo cotidiano va de lo simple a lo impredecible y se puede uno encontrar la visión fresca del fotográfo que ama su instrumento de trabajo.
Recorriendo las calles de la ciudad, Alvaro Avila logra descubrimientos visuales que el ritmo de vida de una ciudad cosmopolita impide apreciar al ciudadano común.
Desde una simple estatua en honor a Tin Tán, guarecido en la Plaza de Armas durante la noche de una ciudad fúrica que no permite el descanso, Varo abre la pauta para presagiar tiempos de nostalgia.


"Dígame un secreto (Tell me a secret)"

Hay en la recopilación de imágenes urbanas de Avila algo de interiorización del individuo; instantes que se forman con distancia y esplendor; reductos movimientos del espíritu en busca de su salvación.
Hay también, consideraciones a la calma, juegos pictóricos que a través de un lenguaje visual sucinto, evocan nuevas formas de apreciación del paisaje.
Alvaro busca entre las cruces de la ciudad una respuesta al martirio que viven los habitantes de la frontera y en cada representación del odio que logra captar de la población, deja siempre un viso de esperanza.


"Montecalvario"

Hablar del Varo me resulta un tanto díficil porque lo considero mi amigo y el lector podría pensar que se trata de una visión imparcial. Sin embargo, conocerlo me ha hecho sentir que se puede creer que hay artistas que sin llamarse de tal manera ante los círculos intelectuales, abren nuevas posibilidades para el disfrute de quienes están ávidos de cultura en nuestro entorno fronterizo.
Sí, Alvaro es mi amigo y me enorgullezco de que con esta, su primer exposición, no solamente entra con el pie derecho a la lucha por la que algunos artistas pungamos: Que de cuando en cuando, el pueblo tenga un tiempo de ver al cielo, se deleite con la maginitud del paisaje y para cuando regrese la vista al entorno, mantenga en su mirada una nueva posibilidad de existencia.
Cielos, Cruces y Otros Cuerpos se exhibe en Café Mediterráneo (Avenida López Mateos esquina con Río de la Plata) a una cuadra viniendo del Malecón).

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