viernes, mayo 09, 2003

PINTORESCO Y LOCUAZ
Si al andar por las calles de la zona centro le llama la atención que nuevamente se esta generando el interés de los comerciantes por reactivar su economía mejorando sus establecimientos, también destaca este sector, por cada detalle humano que brinda, porque detrás de cada andante, hay una historia por contar.
Podrá darse cuenta el visitante, que existen una serie de personajes que ya forman parte de la vida en el primer cuadro de la ciudad y que de manera serena se adhieren al entorno, pasando desapercibidos la mayor parte de las veces.
Detalles que hacen de la ciudad única, hombres que viven en la calle, de la calle y para la calle, interactuan con el pulular que parece no tener fin.
En ese entorno se encuentra José Nicolás Perales Trejo, quien dice ser originario de San Luis Potosí, pero con 32 años de haberse avecindado en la ciudad.
Un artista incomprendido de la realidad, pintor a tinta de boligrafo, espectador de la nada que en cualquier acera expone su obra y que a los asegunes que él maneja, la vende por millones de dólares, dada la "complejidad y perfección" de cada pieza.
"Es que tienes que fijarte en el número exacto de las líneas, en los rombos que hay acá, porque mira, en esta raya no se ve bien con los ojos, el mono está perfecto, o sea que es primer vez que yo lo hago para negocio, va a costar… yo voy a agarrar 26 millones de dolares", asegura el interlocutor, mientras su vista trata de acaparar todos los rostros que se encuentran a su alcance.
Su campo de trabajo son las calles con mayor número de peatones: anda lo mismo poor la 16 de Septiembre que por la vicente Guerrero, pero su calle favorita, sin duda, es la Avenida Juárez, donde de cuando en cuando, se tira al piso y expone su obra ante la mirada atónita de los transeúntes.
Se trata de hojas de cuaderno machacadas, pedazos de cartón, incluso en papel periódico, donde el pintor desmemoriado trata de recuperar los instantes de lucidez, de amor y de nostalgia.
"No, esta es una muchacha muy importante aquí, este lo he traído siempre conmigo porque es muy importante de Estados Unidos, déjame ver como lo acomodo para que lo puedan tomar, para que lo pongan en el periódico y hagan dinero bastante también", recomienda.
Y aunque en primer instancia el trabajo del desaliñado artista urbano podría parecer grotesco, observándolo con detenimiento, hay quien asegura que hasta podría tener similitudes con la obra de los grandes artistas del pincel.
Entregado en el delirio, José Nicolás no pierde el tiempo en nimiedades y asegura que la fama e incluso hasta productores del séptimo arte, ya le ha hecho propuestas.
"Van a hacer dos películas de mi parte, van a trabajar dos películas, entonces, voy a tener que ponerme los dientes bien y peinarme y ponerme el ‘smokin’ y agarrar el ‘suitcase’ todo eso va en inglés, escribo también en inglés", comenta.
Sin embargo, el también autonombrado músico y cantante, se dice mayor artista en la pintura y orgulloso, muestra la que asegura, es su obra cumbre "El Murote", un cuadro que retrata a un hombre vestido de frack… con sombrero de charro.
"Mira este cuadro, está tan bien hecho y nomás que yo no quiero que ignoren el muro, dice aquí "El Murote", pero vamos a vender por 500 dólares cada cuadro, es muy importante eso, estos cuadros los vamos a hacer con madera fina, madera güena y vamos a hacerlo con pintura de esa fina también", señala ufano el artista.
Uno de los peatones, divertido con la forma acelerada de hablar del entrevistado, le pregunta el precio de uno de sus "cuadros", y un tanto molesto porque lo sacó de su "disfrute contemplativo" entre la avenida 16 de Septiembre y Juárez, justo cuando agregaba una línea más a su nueva inspiración, el artista urbano le responde:
"No podemos vender un cuadro por menos de 135 dólares el más chiquito, son cuadros muy caros, pero para la gente que tiene bastante dinerito puede comprarlo, pa’ los gringos, pos que paguen, son personas que saben hacer dinero… ¡muchas gracias muchachos, adios!", dice y, repentinamente, a paso apresurado, se sumerge en un mar de gente .

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