sábado, julio 24, 2004

Ella dijo, que te vaya bien, quiso decir, que te vaya mal. Si lo pienso, no puedo elegir, igual, voy a donde nunca sale el sol. A. Calamaro. All U need is pop

Noche de ronda


Una discusión sin sentido puede derrumbar hasta la muralla mejor cimentada. El sin sentido en este caso, mi caso, como siempre es la parranda. Suelo salir a la calle y enfiestarme y no hay alma que pueda pararme. Luego, si la violencia me hace un guiño, no lo pienso dos veces y me sumo a las grescas. Resultado: Ella ya no quiere saber de mí.
Anoche, como muchas otras de viernes, fui a los lugares usuales, me encontré con la gente de siempre, pero el broncón dio inicio, porque habíamos quedado en que no saldríamos durante la noche de viernes. Gran error, si algo me ha dejado la experiencia en mi trabajo, es que no puedo hacer planes de ningún tipo, tengo que ir armando la vida sobre la marcha.
Esto me viene a provocar vacíos inigualables y en lo que queda por vivir me he quedado sin permiso para ser nuevamente un hombre en el estándar requerido para pasar por hogareño. No puedo frenar los caballos malditos de la locura. Extraño ser bueno, es extraño ser bueno.
Hablo de esta cruz que cargo ahora mismo, el saberme de pie sobre una sola verdad, mi elocuencia hacia el fracaso del corazón me lleva como un kamikazee que se pierde en este cielo nebuloso a la espera de un choque, del estallido que me avise que la fatalidad a veces es un logro.
Estos dedos que ahora escriben crecen como larvas, ya no estoy para recibir mensajes universales ni para beberme a sorbos la melancolía, la risa es algo que no se da por espacios largos, tengo la mitad del día cambiando de piel, trato de escribir sin tratar de sufrir, pero no puedo hacer otra cosa más que seguir, como siempre atento a lo que pueda pasar.
Lo peor del caso es que esta tarde he de llevar una encomienda de las más peligrosas que se me han presentado en el trabajo. Pero poco importa si no se cuenta con el apoyo, si no es uno apto siquiera para ofrecer ese cariño que la pareja anhela.
Ella dice que no la amo lo suficiente, que no puedo dejar el desmadre. Soy un bruto para decir lo que siento, esa es la verdad, nunca he aprendido a demostrar el cariño en la medida que la pareja me lo ha solicitado.

Ahora esta endemoniada locomotora que es mi vida va rumbo al desfiladero, otra vez.

No hay comentarios.: