lunes, junio 28, 2004

Réquiem por Charles Bronson



Lo mencioné a la muerte de el gran héroe de las películas de violencia extrema en ciudades cosmopolitas, lo que hace falta para sanar nuestras comunidades son personajes que tengan las agallas de Paul Kersey, que interpretara el célebre Charles Bronson en sus películas de ?El Vengador Anónimo? (The Death Wish); necesitamos a gente que tenga la capacidad de encarar al enemigo.
El cometario ?que para algunos sonará desaforado- viene a colación ante la ?exitosa? marcha que se vivió el domingo en las principales ciudades del país. Mi postura ante tal tipo de manifestaciones de inconformidad sigue siendo la misma: En un país como México, las marchas solamente vienen a formar parte del folclore de una idiosincrasia pueblerina, en la que los valores fundamentales ?entendiendo éstos como la igualdad, respeto y seguridad- del ser humano, pasan a segundo término cuando la procesión se convierte en un acto de carnavalismo.
Kersey era un hombre al que la vida parecía sonreírle, hasta que la violencia tocó a su puerta y su familia muere a manos de un grupo de adictos. De allí en adelante el personaje a manos de Bronson desata una cacería desenfrenada contra los malandrines en general.
Obviamente que las acciones tomadas por este ciudadano común no pueden llevarse a cabo en la vida real, en la que el sistema judicial y los grupos derechohumanistas parecieran proteger más al criminal que al inocente.

¿Qué hacer entonces frente a este desconsolador panorama de anarquismo? Por un lado están las acciones como las que se observaron el domingo, en la que más de medio millón de mexicanos salieron para regar con lágrimas de impotencia kilómetros de calles y avenidas.
Por otro lado, podría estar también un mayor acercamiento en los senos familiares. Este rubro, tan fundamental como casi olvidado, vendría a dar un vuelco en los quehaceres del hombre. Vivimos en una construcción social donde los pilares muestran carencias alarmantes.
Las familias ahora apuestan por la desunión y la falta de interés en la intercomunicación de sus integrantes. Para lograr un hábitat más tolerante para subsistir, debemos empezar por rescatar nuestros hogares, solamente partiendo desde allí podremos replantear el surgimiento de la estabilidad y exigir mejores gobernantes y por qué no, mejores medidas para la aplicación de la justicia.


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