lunes, junio 28, 2004

¿Plura qué?


No entiendo cómo es posible que un grupo de personas que en su lucha por un alcanzar una mejor vida para ellos y para sus hijos, con un interés político-social en común logran forman un partido, todo para que al final terminen redimiéndose con otros partidos de mayor envergadura.
En este sentido, en Ciudad Juárez las actuales elecciones para gobernador y alcalde están de dar tristeza. Los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI )haciendo uso de sus afilados colmillos han logrado anexar a sus propuestas a partidos de menor presencia política en la entidad.
Si bien, las propuestas de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Verde Ecologista, Convergencia por la Democracia y Del Trabajo apenas se encuentran en ciernes en este polvoroso paraje, no por eso deberían de ser tan obvios en este acto de entreguismo por posicionarse de algunos huesos.
Da pena enterarse que el otrora portador de la izquierda (PRD) hay caído en el juego de las seudo uniones, alianzándose con el PAN, reconocido por sus ideas de extrema derecha.
¿Qué obtenemos los votantes ante tales negociaciones? Nada más que un pastelazo de heces en nuestra ya de por sí mancillada democracia. La pluralidad ha muerto. Así de sencillo.
La movilidad de los protagonistas de la esfera política viene a sumarse a este patético teatro en el que se ha vuelto la política contemporánea. Figuras como Héctor González Mocken, reconocido grillo por el PRI durante muchos años y que de buenas a primeras se vino a enrolar, primeramente al Convergencia y con el cual ahora se ha amalgamado con el PAN para buscar una diputación, deberían avergonzarnos.
Antes por lo menos los que iban en contra de las propuestas tradicionalistas, chafas, embusteras y holgazanas, teníamos la posibilidad de ejercer el recurso del azar, apostando por los partidos de reciente creación que daban cabida a las nuevas ideas y, sobre todo, a las oportunidades de apertura en el conocimiento de la realidad social del país.
Ahora, estas alianzas no nos hacen pensar más que nuestro país esta cayendo en un efecto embudo, que desembocará en una caída que nos dejará con el hocico sangrando y más jodidos que antes, pero eso sí, siempre con una sonrisa de que nos están llevando por la senda del progreso.
Si no me creen, basta con esperar al domingo 4 de julio, fecha en la que deberán realizarse las elecciones, en las que estoy casi tristemente seguro que habrá más gente interesada en ver el final de Big Brother, que en acudir a las urnas.
Por un lado, puedo entender que existe la apatía para sufragar por la carencia de opciones, pero lo que mi mente no tolera, es que la gente se quedará en casa, enajenada, viendo un estúpido programa en el que uno de los finalistas en un diputado federal en funciones (Jorge Kahwagi) en lugar de estar trabajando por su distrito, se halla inmiscuido en una de las programaciones más chafas y dañinas para la conciencia social que ha tenido jamás la televisión mexicana.


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