miércoles, agosto 24, 2005

La morada pesadilla


Barney, ese muñeco fastidioso, gangoso y con tendencias homosexuales ocupa la pantalla de la sala de mi casa. Aparte de lo antes descrito todavía se da el lujo de cantar al lado de sus amigos. Es la tercera vez que lo hace en el día.

Ulises, tan fresco como la primera vez que me lo solicitó, está instalado en el pequeño sillón que le compró su mamá y mientras una bola de mocosos de todos colores y sabores cantan insistentemente?¡el frío llegó!?, una gota de espeso sudor recorre mi espalda.

A estas horas no recuerdo mi nombre, apenas van a dar las 10 de la mañana, luego de una horrible noche de insomnio, hoy me toca cubrir la guardia en el periódico por lo que se suponía que me podría levantar un poco más tarde, pero a los 10 minutos de que se fue Norma a trabajar, Ulises comenzó con la palabra terrorífica: ?Banny, Bannnnny!
No sé qué es más enfermo si el pinche muñeco puñal instructivo, Ulises por sick que insiste en verlo o yo, por ponerle play cada vez que me lo pide.
¡Aleluya! Creo que Ulises ya se harto, ahora pide... ¿qué?....¿Teletubbiees?--- ¡Noooooo!

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Tengo serias dudas de que Barney, además de pedófilo, es drogadicto... esa sonrisita no es normal, no es normal...
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