jueves, agosto 11, 2005

Mojado, aterrado, pero sigo aquí


Me llama la atención de la incertidumbre, que los actos en la oscuridad sean más precisos que la seguridad que nos dan los ojos al ver cómo vamos cayendo, ver como mi voz, cuando callada, da mejor respuesta a las cosas no dichas.
No dicha.
A ese escrutinio de mis labios, a la leve congregación de frases que proclaman la buena suerte como la ausente de la fiesta, a este, mi rostro clavado en el respaldo de una cabecera donde hace tiempo dejaron de llover plumas de almohadas.
Lejos de mi, esa que fue tu triste mirada, vaga de noche, la realidad va más alla de lo que la vista percibe, hoy en verdad, lo considero como algo certero.

Parece que dejó de llover,
pero no dejo de ver.

Nada de esto fue un desastre.

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