lunes, marzo 22, 2004

El diario inconcluso


De las últimas ocasiones que acudí al bar Superior Court –mejor conocido como el Open-, me encontré bajo una de las mesas un pequeño cuadernillo que en primera instancia, pensé que se trataba de una agenda telefónica.
Como nos encontrábamos a altas horas de la noche y el lugar se hallaba más que hasta la madre, fue imposible encontrar a la persona que perdió tal artículo.
Resignado, como suele ser mi costumbre en los casos cuando me cae algo con letras en las manos, me llevé el peculiar agendín a la bolsa para que un par de horas después fuera analizado en mi habitación.
El pequeño cuaderno resultó ser un diario personal de un cuate de nombre José Ángel Herrera.
Según lo que leí en las primeras páginas, este bato es originario de Guadalajara, pero por alguna circunstancia fue a parar a Nueva York y por otra causa aún más rara, terminó caminando en las calles de la Ciudad del Crimen.
Su peculiar estilo narrativo me llevó a adentrarme en una vida que no me correspondía conocer, pero supe incluso de sus altibajos en el amor, de su afán por dejar atrás la apatía en una tierra que le resultaba del todo extraña.
Hay también en su palabra la madurez no propiamente del que refina el estilo literario, sino de la persona que ante la adversidad deja abrir la puerta a los demonios para adentrarse en el conocimiento interno.
Tal vez él no lo sepa, pero quizás tampoco le importe saber siquiera que su palabra fue encontrada bajo aquella mesa donde los vidrios de botella, la cerveza derramada y las colillas de cigarro formaban un peculiar cerco.
Este diario espero entregarlo alguna ocasión a su dueño, así como el destino lo trajo a mis manos, de la misma manera lo hará regresar a su antiguo dueño.
El compendio de textos finaliza (aunque apuesto que no es la conclusión, muchas hojas quedaron sin usar) con las siguientes palabras:
Mañana habrá entonces de algo que se entere, algún secreto que guardo, algún pecado que me confieso. Así que me quedo abierto al golpe o la caricia, el beso o balazo, el suelo o su cima.

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