sábado, febrero 11, 2006

O dime como quieras



Hubo una vuelta de tuerca de esas raras que a veces pasan, sean las seis de la tarde o las seis de la mañana, lo mismo estés en la calle Sevilla o comiendo Gazpacho en una de las aldeas aledañas.
El amor es un exquisito cloroformo, la metralla de ideas no cesa, pero como un coloso me caigo con mi lento expresar, esa delicia de tener frente a mi la imagen, soltar cuetes y decir que la huella es más que para sentirse grande, para no perderse.

A partir de hoy otra visión desde el a veces, no pregunten quién coño es más chulo si el de antes o el de hoy, uno es tan fino como el vino que eructa, no mires si no es necesario, sólo dejen venir a las putas vestidas de letras, que cada quien elige su forma de hacer el kamikazee.

Un gran dragón, un alba que no se observa desde un lugar seguro, desde la aprisionada conciencia que nos mantiene atentos, no basta con poner empeño, no basta con lamentarse de los esfuerzos ni de los días que quedaron insatisfechos, hay que encontrarse más allá de uno, ser el que sigue a buda, mahoma a la tierra y sus entrañas.

No bailo y los tangos ni soñarlos, sólo borracho me dirijo improvisando, detengo el aire, me entrego ciego, ando por el callejón y amanece, soy el méndigo en un suburbio.

Fénix, serpiente, arete en la lengua, en el ombligo de Ema, ematoma en los dados cubos que se desenvuelven a velocidad que el mister Hyde que llevamos dentro se quede controlado.

Hide Mister Hyde, and a partir de now, call me Higgins


Image hosting by Photobucket
Un milagro de Blues.

No hay comentarios.: