lunes, febrero 28, 2005

Constantine, The Men in Black part 3




Desde hace años que los temas concernientes a la eterna batalla que se libra entre el bien y el mal, vistos desde el punto de vista teológico me llaman la atención. En especial son aquellos apegados al cristianismo en los que figuras como ángeles y demonios se confrontan por allegarse las almas humanas.
Movido por este gusto, fue que acudí la tarde del domingo a ver Constantine, cinta gabacha (y gacha), protagonizada por Keanu Reeves, en la que de entrada sabía que no podía esperar demasiado, pero nunca tan poco.
La historia -de la que procuraré no dar muchos detalles-, es un experimento demasiado absurdo. Como ejemplo coloquial podríamos decir que los creadores metieron en una licuadora cintas como El Exorcista, Man in Black y The Matrix, principalmente, dando como resultado, un híbrido que sólo asusta por su pobre sentido del suspenso.
El nulo terror en las escenas claves del largometraje, lejos de provocar algún sobresalto mueven a la risa. Constantine debió haberse llamado "Todo lo que no vio en Matrix, Exorcista y Men In Black y le hubiera gustado que pasará".
Y al decir esto, lo hago sin querer ofender a las tres cintas mencionadas, pero si no me creen vayan a verla, el exceso de las secuencias otrora exitosas en camara lenta, las transformaciones gestuales y, la doble vida de personas aparentemente normales que fallidamente replantea Constantine, no me dejarán mentir.
Esta sobrado comentar que las actuaciones son pésimas y que casi me sacan del cine al final de la película, cuando aparece "Mister Lu" para llevarse al buen Juan Constantino.
Aún así la película entretiene, digo, si no hay nada que ver, puede ser una opción para ver cine neogore o lo que es lo mismo, el avance de los que será el próximo video juego para divertirse en casa matando málditos.
¡Ahhh! Casi y lo olvido, sí, si hubo una parte excelente al inicio de la película: El adelanto de Batman Begins, que desde ya, estoy esperando para recetármela. Vuelve el murciélago este 17 de junio, al parecer, más lúgubre que nunca. I hope so.

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