jueves, octubre 23, 2003

Susana, la tormenta apenas comienza


(No sé cómo tomes este posteo Susa, pero creo que entenderás que esta también es mi labor y como 'escribidor' me siento con la necesidad de relatarlo).
Conocí a Susana Chávez en una cantina, creo que fue hace ya siete años, cuando el peso no estaba tan acentuado en mis cachetes y todavía tenía el pelo largo como hippie desfasado (un poco más largo que ahora).
Ella llevaba el pelo corto al estilo militar como un chamaquito. En aquellos días no había un acercamiento entre los jóvenes poetas, al menos no entre muchos que hoy conozco y que desde ese entonces habían decidido dedicarse a la onda literaria.
Como en casi todos los casos, fue la grilla la que fue uniendo a los participantes del rollo de la letra elegantiosa.
Susana es una mujer que durante el tiempo que me ha tocado conocerla ha estado metida en la onda cultural de la Ciudad del Crimen, con ella he pasado grandes borracheras, desmadres y amaneceres bohemios.
Es que a Susana le encanta eso de la pisteada, ella misma ni se inmuta cuando la ven bebiendo, declara con orgullo a los mirones que es alcoholica, le vale madres pues, lo que piensen de su afición a la peda.
El más grande pecado de Susana es ser sincera, la cabrona te avienta las verdades en la cara y le importa un carajo si estás de acuerdo con ella o no, en el mejor de los casos te puede mandar a chingar a tu madre y sigue consumiendo su cerveza lager con el mismo desenfado.
Por lo general cuando no se alcoholiza, Susana es una persona muy sociable y sensible de las causas que adolecen en la comunidad. Siempre participa en los eventos que tienen que ver con las ya tan citadas muertas de la ciudad, ella aporta su grano de arena compartiendo algo de su poesía.
Como claro ejemplo del artista incomprendido, la Susa tiene una colección de ocho libros inéditos, los cuales se han quedado en proyectos a publicar, por sus poco amigables relaciones con los institutos de cultura locales.
Aún así, al leer Susana comparte la poeta que lleva dentro, hace un lado la misantropía y sus actos filantrópicos, sencillamente es el verso que se entrega en la palabra.
Tal vez muchos pensarán que estoy disculpando a Susana de sus actos demenciales, pero a mi me vale madres si al punto pedo a estado a punto de condenar a más de uno a pasar una noche en la cárcel o si su mitomanía la ha conducido a espacios donde el encono es la única respuesta que recibe como halago.
Todo lo que prevalece a final de cuentas es el trabajo literario, las personas solamente somos un vehículo portador de figuras interpretativas del entorno, Susana es uno de esos extraños artefactos diseñados por la naturaleza para crear con el cinismo más puro del hombre y nada más.
Que cada quien se dedique a hacer poesía y que emita los juicios más severos si es que así lo desea, teniendo como acusado a la imagen que se encuentre del otro lado del espejo.
Aquí les dejo este enlace del portal Tlapali, que incluye algo de su trabajo, sólo entren a poesía, seleccionen Susana Chávcz y vean parte de su "Primera Tormenta".

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