martes, enero 13, 2004

Ni con melón ni con sandía


Varios lectores han estado preguntando con insistencia sobre mis preferencias políticas, evidentemente los últimos posteos, los hacen pensar por default que tiendo hacia las postulantes del Partido Revolucionario Institucional.
Tal vez ellos estén a favor de lo que se genera en el Partido Acción Nacional y se sienten agredidos por mis comentarios, pero debo aclarar que ni pertenezco a un partido ni a otro, solamente ejerzo mi derecho a opinar sobre la cosa política que se vive en la entidad.
Durante mucho tiempo hemos permanecido callados ante los distintos sistemas de gobierno que han regido nuestros intereses y como consecuencia vamos cargando una pinche crisis más que económica, moral y espiritual.
Esto ha generado una pérdida de valores individuales, ya que el menosprecio que le damos a la palabra propia es la más alta ofensa que le podemos otorgar a nuestro crecimiento como pueblo.
No se trata tampoco de ir por la calle protestando por cualquier pendejada, pero sí tener claro que siempre habrá que ir subiendo de tono en las demandas cuando estas así lo ameriten.
En este caso en particular, solamente me he remitido a expresar una serie de ideas que se han ido gestando en torno a la forma en la que los precandidatos blanquiazules han estado llevando su campaña, a los del PRI y del PRD no los he mencionado por una sencilla razón: no han iniciado nada.
Salvo unas cuantas imagenes de un resucitado Héctor "Teto" Murgía que enseña su mejor sonrisa teatral en algunos espectaculares de las calles juarenses, ningún otro precandidato del PRI ha dado la cara oficialmente para ontender por la silla municipal.
En el caso de José Reyes Baeza, candidato a la gubernatura, en su momento hice una serie de precisiones sobre la forma en la que iba presentando su plan de trabajo, que a lo mejor sonaron como una carta a Santa Clós, misiva que por cierto no se dignó a contestar el candidato tricolor, lo que deja en claro el interés que tiene ese bato para con sus posibles votantes.
El asunto político me llama fuertemente la atención, he notado que hay en mí algo más que interés pasivo, busco chingar el alma constantemente a quienes tienen qué ver con los quehaceres y dineros de la población, así que, les guste o no, permaneceré atento a cada uno de los movimientos que estén llevándose a cabo en la región.


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