miércoles, enero 26, 2005

En Passant


No hay duda. En mi vida pareciera que el abismo se acrecienta de manera que ni yo mismo había llegado a imaginar. Lejos de mí está la risa, el jolgor que otrora me caracterizaba. Taciturno me encontré está mañana de invierno caminando solo, rumbo al trabajo. Aunque el frío se reciente más en las primeras horas de la mañana, eso poco me importó para seguir.
El dolor persiste muy hondo y de las pocas personas que me podrían sanar, dos de ellas me han dejado temporalmente. Aún así, trato de que la tranquilidad se apodere de mis acciones. No voy a donde esta el infierno, el infierno me llama ya adentro.
Estos días he caminado más que que costumbre. Por las noches está otro dolor, aunque más soportable, no por eso menos incómodo, el de mis tobillos.
Aún así me di tiempo para ir a una audición para Big Brother, busco un escape a esta persistente idea del destino de chingarme. Con el morbo propio de quien no tiene nada que perder, acepté la entrevista que me hicieron y me desahogue largo y tendido por más de 20 minutos. Luego, regresé a la calle, crucé la avenida y me sumergí de nuevo en mi cuarto de cristal, en mi prisión.
Mi estómago me reclama alimento, pero mi boca se niega a abrirse. Más que apetito hay náusea. Tengo que aprender a vivir conmigo mismo por nueva cuenta. "Las puertos quedan abiertos, en esta que he llamado la noche del navío errante", nunca pensé que me autocitaría alguna vez y menos, en un momento tan desconcertante como el que hoy vivo.
Y bien, como ya algunos por allí están hartos de que les ponga canciones, ¿qué creen? aquí les dejo una rolita más, al rato vuelvo, porque eso sí, jodido física y emocionalmente, pero siempre con el orgullo de ser y estar.


Todas son iguales
Andrés Calamaro. El Salmón. Dedo Dos
Todas las canciones son iguales
y parece que hablan siempre de lo mismo ya
pero igual existe un abismo entre las canciones y la realidad.
¿Cuál es?
Están las que dan la sensación
de poder detener el tiempo por un instante
y cargan el espíritu de gente extraña
a un corazón ausente no se le engaña.
También hay y parece broma un repertorio en otro idioma,
canciones que no leemos y solamente tiramos.

Hace mucho que aprendimos y nos acostumbramos
a escuchar palabras que nunca entendemos
tanto que no sabemos si entendemos ni siquiera las de este idioma.
Fuera, de broma, hay canciones lo suficientemente heroicas
paran los relojes con el pensamiento de alguien.
Entonces ya se para qué sirve escribir canciones y canciones todo el tiempo,
es para seguir buscando,
para seguir encontrando preguntas a ninguna respuesta.
Si está esta pregunta, no quiero saberlo nunca.
Prefiero seguir sin saber, sin darme cuenta
sin darme cuenta.

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