lunes, octubre 04, 2004

Lectura dos, clica locona


¿Qué les puedo decir que ya no sepan? A quienes tuvieron la oportunidad de acudir a la segunda lectura organizada por las promociones culturales La Casa de la Risa, nada, por lo tanto trataré de ser breve y que los recuerdos de quienes estuvieron, me apoyen en caso de ser necesario.
Conforme a lo que habíamos establecido, los lectores llegaron puntuales, un poco pasadas las nueve de la noche, pero no fue sino hasta las 9:45 pm cuando decidimos dar inicio con la sesión. Esto, porque ya saben, hay que afinar gargantas y nadie tenía intención de empezar sin echarse una cerveza
Pues bien, para dar trámite a la primer ronda, optamos por hacerlo de la forma más democrática posible, esto es, con papelitos y cada uno eligiendo su número de intervención. Así fue que -si mal no recuerdo-, el encargado de comenzar en la primer ronda fue el poeta Edgar Rincón Luna (Solzimer), que de entrada se echo a la raza a la bolsa con el poema a Bukowski. Una de las particularidades que tiene el buen Solz al presentar sus textos ante el público, es que, si bien su tono al leer es un poco parsimonioso, no por eso resulta menos entendible, si clara dicción transporta al escucha y lo deja inmerso entre sus versos, (me vale madres que suene cacofónica la última frase), Edgar es de esos bichos raros -sin que esta aseveración suene peyorativa- que llevan en su voz la entonación propia del poeta, ese espíritu maldito que de vez en cuando se mete en los palabradores trasnochados. De Edgar poco puedo decir, o mejor dicho se los digo todo con la siguiente frase: Tienen que escucharlo o de perdida leerlo.
A la intervención de Edgar le continuó Microman, perdón, Rubén, que en el mundo bloggero -ahora sí- le conocemos como Microman.
Aquí cabe el apunte-aclaración que hizo el joven Ruben de entrada, señalando que estaba harto de que le llamaran Microman, él quería ser reconocido por la gente como Rubén y aunque su discurso me recordó por momentos a la rola de Lupita D?Alessio ?Mudanzas? (esa que dice hoy voy a cambiar, y que al final arenga ¡porque soy mujer!, bueno, pues hagan de cuenta lo mismo, pero al final le ponemos ¡porque soy Rubén!), pero bueno me dejaré de estupideces y continuaré con el relato.
"Micro" ?así sí le gusta que le digan ¿¡!?-, es uno de los poetas más jóvenes que conozco en la Ciudad del Crimen, obvio, debe de haber muchos otros poetas, pero a lo que me refiero es que Rubén es de los pocos que le atoran a enredarse en el trajín cultural en el que nos desenvolvemos.
Su poesía está llena de imágenes sabrosonas, frases que se van entretejiendo en los ojos de quienes le escuchan y lo mismo estimulan a la sonrisa que al azoro o a la conmoción.
Una vez que concluyó Rubén, el turno fue para José Juan Aboytia, cofrade originario de Tijuana, pero que ha decidido establecerse en este cacho del país. Aboytia estaba un poquillo sacado de onda antes de empezar su lectura, porque no sabía cómo iba a reaccionar la raza, pero conforme fue leyendo, el público se le dio a sus palabras.
Finalizando la primer entrega de lecturas estuvo mi entrañable amigo Rubén Moreno Valenzuela, otro que se sacó de onda a su llegada ya que la raza que acude al Mediterráneo tiene una edad que media entre los 20 años. Pero ya pasado el momento y luego de refinarse un sándwich y una beer, Rubén entregó uno de sus cuentos breves, obteniendo una respuesta favorable por el auditorio.
Un receso de 30 ó 40 minutos, sirvió para que los lectores fueran a emborracharse y de paso intercambiar palabras en el buen sentido con la raza que acudió al café bar. Para la segunda ronda, se contó con la intervención -muy cotorrona, por cierto- de Hugo Pavel (Vampiro Violinista), cuyos poemas/interrogantes además de hacernos pasar un buen rato, nos entregaron la ambivalencia filosofica que caracteriza el verso de Hugo.
Al final de la lectura, Micro era quien se encargaría de cerrar el rock and roll pero ya no quiso leer, así que sin más preámbulos le dimos en su madre al verbo y nos dedicamos a empinar el codo en santa paz.
Como puntos destacados quisiera comentar primeramente mi agradecimiento al café Mediterráneo que lo que sea de cada quien se portaron poca madre y procuraron que hubiera cerveza para beber hasta la hematemesis. Por otra parte, vale bien extender una felicitación y agradecimiento a los lectores invitados, quienes pese a que no contamos con micrófono les valió madre y luciendo sus dotes de tenores, alzaron su vozarrón para que de perdido, la mitad del café alcanzara a escuchar sus intervenciones.
Un merecido reconocimiento también al público-borrachos-invitados y demás presentes que en los momentos claves de la lectura, se acoplaron al pedo y permitieron que los escritores compartieran con nosotros sus trabajos, apoyándolos de la mejor manera posible, guardando silencio e interactuando con ellos.
Que decir de Jorge ?Lobo? López, quien nos ayudó a presentar a la raza lectora, eso sí, explotando al máximo sus dotes de Jonnhy Carson.
Gracias también al hijo-de-su-re-pinche-madre que escribió en las direcciones de correo electrónico un mail ficticio, pero que me hizo que me ahogara de la risa cuando estaba transcribiendo la nueva lista de contactos, decía: cualespoetaspurospinchesfantoches@hotmail.com, cabrón, me cae de amadre que si lee esto, lo invito para una próxima lectura para que dé la cara, nos comparta sus creaciones y sepa de los huevos que se requieren para estar frente a un auditorio virgen, como suelen ser los de los cafés bar, donde no ocurren con frecuencia este tipo de eventos.

Bueno, por el momento es lo que hay que escribir. Al ratín pingüín regreso porque es día de salir a la calle, hay que perseguir la chuleta.



2 comentarios:

Magda dijo...

asi es Mrs. zerk a estos hijos de su se les hace facil hablar a si por que son una punta de traumados y no les queda de otra mas que pasar al anonimato para sacar sus pinches traumas...........he dichooooooooooo
saludotes y un besote

nacho dijo...

Stuvo deleitable el meeting de hacedores de frases chimengüechonas, contadores de metáforas novedosas y bebedores de trago largo. Felicidad se respira y también se envía. Saludos.