domingo, mayo 21, 2006

Me olvidé de los demás


Hay gente que se ha decepcionado por promesas que nunca que nunca se cumple a sí misma,
En lo personal y en ocasiones muy a mi pesar, he sido un impresionista de la vida que no se ha dejado impresionar por pretensiones pordioseras de fama y respeto, y eso suele siempre reflejarse en la actitud que poco a poco va germinando en los rostros.
Alejado de quienes siempre me quieren alejar, pero paradójicamente no hacen otra cosa más que mentarme, presiento que este nuevo retiro será aún más fértil que los anteriores.
El otro día, por ejemplo, Jorge se sorprendió cuando le comenté mi decisión de permanecer de manera temporal y definitiva de cualquier lectura o evento en el que se requiriera mi participación activa.
No estoy interesado de momento en los grandes reconocimientos, ni en las publicaciones, ni en rozarme con raza que lo único que quiere es los grandes reconocimientos y las publicaciones, eso, sazonado con una gran disposición para realizar despliegues innecesarios de sus conocimientos sobre la literatura en cualquiera de sus vertientes.
Entiendo a quienes prefieren dejar a sus hijos por escribir algún verso o peor aún como otrora este escribidor, salir a dejarse vencer por la noche, mientras la vida nuestra ocurre en otra parte, pero ese, afortunadamente en este momento ya no es mi caso.
Muchos conocidos me han dado muestras desde la admiración hasta el desencanto cuando les comento que del tema que menos me gusta hablar es de literatura, de parafrasear a ciertos autores o de resaltar ciertos periodos luminosos de la palabra escrita.
He conocido no un caso sino muchos, de médicos a los que les causa pavor y/o repulsa el contacto con la sangre, sin embargo, encuentran un cami8no para preservar la vida de sus semejantes. Tal vez así soy yo.
Por eso ahora dejo este teclado para jugar fútbol, porque el campeón ha gritado ya que tiré a gol y ante su voz no hay más silencio que valga...

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