jueves, marzo 16, 2006

Días de Guardar



Primer acto: Un Hombre camina por la zona centro y le cae un árbol encima.

Segundo Acto: Una mujer que iba caminando rumbo a la tortillería, le cae una barda.

Tercer acto: Un pato que buscaba el lago del Parque Central, fue aventado por el aire a otro punto de la ciudad y decidió establecerse en un charco que ya tiene varios días y que se formó por una fuga que no ha sido reparada por la Junta Municipal de Agua y Saneamiento.

¿Cómo se llamó la obra?


Sólo en Ciudad Juárez.
La riña entre pandillas al interior del Cereso ha cobrado nueve víctimas, más de lo que se tiene registrado en un conflicto similar en la historia del penal.
Hace apenas un par de meses, otra confrontación dejó como saldo seis personas muertas, el motivo aparentemente es el mismo, la lucha de poder entre los Aztecas y Mexicles, bandas opuestas que luchan entre sí por la distribución de droga entre los internos.
En la presente administración municipal se implementó un doble programa o, mejor dicho, un programa integral en el que se ha pretendido la rehabilitación total de los reos.
Sin embargo, dicha medida, dio un giro de 180 grados en la vida de los reclusos, de quienes se señala que cerca de un 80 por ciento mantenía algún nivel de adicción a drogas de diferentes tipos.
A través de un programa denominado Cereso Limpio, el Ayuntamiento intentó sanar a los reos, ejercitando cursos y dinámicas relacionadas con la motivación personal, además de implementar también, medicinas alternativas como los calmantes e incluso la cristo terapia para rescatar del abismo a los consumidores.
Los resultados al inicio del programa fueron laureados tanto por la sociedad como por la administración municipal, sin embargo, a cerca de seis meses de haber dado comienzo dicho método, pareciera que es tiempo de reconsiderar la manera de proceder.
Los muertos que se han generado desde que dio inicio este proyecto son ya cercanos a los veinte y se presume que podría incrementarse el número, ya que una decena de presos fueron trasladados al hospital debido a la gravedad de las lesiones que les causaron en el último enfrentamiento.
El gobierno federal, estatal y municipal, deberían sincerarse con la sociedad y aceptar la derrota que han tenido frente al narcotráfico e implementar un rescate paulatino de los hombres y mujeres que han caído en el consumo de drogas.
La sugerencia puede sonar temeraria, pero si en verdad se quiere que se rehabiliten, deberían permitir el consumo moderado de estupefacientes al interior del penal, dosificarlo de manera tal que el individuo pueda desprenderse poco a poco de su adicción.
De otra manera, la sangre seguirá corriendo con mayor fuerza y la abstinencia, sumada al hacinamiento, generarán a la postre un motín de consecuencias tan lamentables, que pesarán sobre la conciencia no sólo de las autoridades, sino de nosotros como ciudadanos que no exigimos mayores garantías para nuestros presos.
Chingado, un gallito no se le niega a nadie, no mamen.

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