viernes, julio 29, 2005

La vida es una beca



Y no, no me refiero a un subsidio lisonjero, arrastrado como a los que creen tenernos acostumbrados en el Estado.
Tampoco creo en una barca de ilusiones con las que fuimos creciendo cuando hablábamos de las palabras magistrales que provenían de otros en boca de nosotros.
Hablo de las permanencias leves, de los momentos que hechizan de los que nos dota el azar, de compartir, el disfrutar de esos destellos de felicidad que se guardan en gran cantidad para unos cuantos. (¿Cuántos son cuántos?)
Estoy por cumplir 30. De mi vida, debo más de la mitad, lo que tengo por mío es un resto que le debo a los amigos, a la gente que me brinda el cariño que me hace recobrar el verbo. Son pocos, pero bien correspondidos.
Yo no pedí venir aquí, pero agradezco el lugar, las horas y el momento en que fuimos conectados.
Tengo una lista de regalos que nunca me llegarán porque nunca los he pedido, pero bien, que sea una vez más el azar el que determine los tiempos para que justifique de mis manos, las preseas que no pude entregar a quienes de amor, en su momento me están faltando (esto va por tí madre).
Ya me callo, la noche tiene muy poco para sustentarse y yo mañana he de asumir el despertar con una actitud debida.
Las faltas de ortografía y puntuación son mi regalo adelantado.
That´s it.

Suyo afectísimo

Zerk M

¿Qué tantas son tres décadas?
30 julios 30, ¡Chale!

No hay comentarios.: