domingo, marzo 10, 2019

Túneles en el Centro… ¿Un pasadizo a otra época?



-Hasta el momento, la existencia de pasadizos subterráneos en el primer cuadro de la ciudad no se ha verificado históricamente

-El último custodio del Archivo Histórico de la región los buscó antes de morir, dejando inconclusa su empresa




Por Mauricio Rodríguez | publicado originalmente en Periódico Norte 13 septiembre, 2015

Mucho se ha hablado sobre la existencia de túneles que se encuentran bajo las calles del primer cuadro de la ciudad, en lo que se conoce como Centro Histórico. Sin embargo, pocas han sido las pruebas que demuestren la veracidad de los dichos populares, que han convertido el tema en una leyenda urbana que se ha ido transmitiendo de generación en generación.

En días recientes, el tema de este tipo de pasadizos subterráneos que se han convertido en cantos populares cobró un giro inusitado en la ciudad de Puebla, donde fueron localizados una serie de túneles con una posible antigüedad de hasta casi 500 años y que tienen una longitud que se estima alcanza los 10 kilómetros.

Antes de morir, el pasado mes de junio del presente año, el historiador y jefe del Archivo Histórico, Antonio Ruiz Caballero, español originario de Santander, quien llegó a esta ciudad desde mediados de la década de 1960, llegó a comentar a varios de sus amigos cercanos el sueño que tenía para la remodelación del Centro de la ciudad.

En él, el historiador narraba su intención de llevar a cabo una exposición fotográfica de los bares y salones que operaron en el primer cuadro de la ciudad en los años de bonanza en la avenida Juárez.

También, este proyecto abarcaba una de las más ambiciosas e inéditas revelaciones que se han hecho en la historia juarense: decía tener la localización precisa de los túneles que por mucho tiempo se manejaron como un simple tema de conversación de las tardes de bohemia y que se fue transmitiendo como uno de las leyendas urbanas que más fuerza han cobrado en la región.

La visión de Ignacio Esparza Marín

El cronista de la ciudad Ignacio Esparza Marín, en su libro “Monografía Histórica de Ciudad Juárez” (Imprenta Lux, 1986), hace mención del tema de los supuestos túneles que se encontraban bajo la zona adoquinada.

En su texto, el historiador hace un recuento de las especulaciones que durante mucho tiempo se crearon en torno a la posible existencia de un túnel que corría entre la Misión de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte y la Casa Consistorial, espacio hoy ocupado por la antigua presidencia municipal.

Eran los tiempos en los que el presbítero don Ramón Ortiz se encontraba a cargo de la misión, es decir, entre los años 1838 y 1896.

Según narra Esparza Marín, la creencia popular señalaba que el pasadizo subterráneo cruzaba por la avenida Mariscal hacia el norte, hasta perderse en un punto en la calle Ugarte.

Otra de las teorías, manejadas en la monografía, es que dicho túnel alcanzaba a llegar hasta la montaña Franklin, de El Paso, donde aparentemente existió una mina, la cual fue clausurada al momento de dejar de ser productiva.

Eran los tiempos en los que Juárez y El Paso formaban una misma comunidad, aún no existía la división territorial entre México y Estados Unidos.

El mismo Esparza Marín descarta cualquier posibilidad de evidencia del pasadizo, ya que señala que al realizarse remodelaciones en la vieja misión, al remover el altar y varias criptas, nunca fue localizado algún indicio que diera pie al dicho popular.

Rescatar el pasado

Apasionado de la historia de la ciudad, Antonio Ruiz Caballero, en su carácter de jefe del Archivo Histórico, concedió a NORTE de Ciudad Juárez una entrevista en junio de 2014, con motivo de la restauración de monumentos y edificios históricos de la ciudad y de la cual se cuenta con una copia de audio.

En ella, hizo un paréntesis en la charla para comentar sobre su interés de rescatar la infraestructura subterránea que aseguraba no era una leyenda, sino una realidad.

Ruiz Caballero sostenía que detrás de la misión, donde fue la casa Consistorial, cercano a esa zona se construyó también el fuerte de San José, que nació para defender a los habitantes.

“Ahí se concentraban dentro, ahí enterraron el primer pozo que tuvo Ciudad Juárez, ahí hay sótanos, ahí hay un túnel, que ya estoy encontrando la salida, estoy en su búsqueda, es un túnel”, afirmó.

“Siempre se ha dicho que la misión y la antigua presidencia estaban comunicadas por medio de un túnel, y que había algo de escape o para proveerse de alimentos, que iba a dar cerca del río, otros de los más aventurados decían que el túnel llegaba hasta El Paso, que cruzaba debajo del río, pero lo que sí es que tenía unas salidas para abastecer de alimentos cuando eran asediados por los salvajes”, agregó.

El hallazgo más importante que comprobó la teoría de los pasadizos, describió Ruiz Caballero, fue durante las obras de construcción del paso a desnivel que recorre la avenida 16 de Septiembre, en el tramo que comprende la calle Mariscal y callejón Victoria, donde él mismo estuvo presente.

“Ahora que construyeron el túnel, a mí me tocó estar ahí y ver cómo estaba sellado, en las reformas que hicieron a la antigua presidencia municipal, Carlos Villarreal y Antonio J. Bermúdez, las empezó Antonio J. Bermúdez, las terminó Carlos Villarreal, se hizo el segundo piso, se hizo el revestimiento de cantera encima de los adobes, y entonces sellaron los pisos, sellaron las celdas y sellaron los túneles”, explicó.

“Luego, cuando construyeron, que se cayó la cárcel que había y pusieron las oficinas de la Junta de Agua, que estaban antes ubicadas en la esquina de Mariscal y 16, donde después se construyó un estacionamiento público, volvieron a sellar otra vez, pero el túnel ahí estaba, (por ahí) pasa y tengo ya casi localizada la entrada, nada más que es propiedad privada”, refirió en aquella ocasión.




Soñaba con regresar el esplendor de antaño

Mientras atiende el negocio donde labora, José Luis Hernández Caudillo no pierde un instante para hablar de una de sus más grandes pasiones, Ciudad Juárez.

Historiador aficionado, desde hace un par de años, Hernández Caudillo fundó junto con varios amigos el grupo de Facebook “El Juárez de Ayer”, donde además de anécdotas se realiza una recopilación de imágenes de sitios, edificios, establecimientos, monumentos y personajes históricos que han tenido influencia en la localidad.

Fue debido a este acervo pictórico acumulado que puede consultarse en el mencionado grupo de la red social que Antonio Ruiz Caballero le pidió su colaboración, para conseguir fotografías de antiguos bares, casinos y centros de entretenimiento que operaron en la avenida Juárez durante el siglo 20.

“El señor Antonio Ruiz quería crear una especie de galería al aire libre, colocando las imágenes de cómo lucían algunos de esos bares, restaurantes y centros de espectáculos afuera de donde se localizaban originalmente, con una breve semblanza de los mismos, ya que les veía potencial como atractivo turístico”, comentó Hernández Caudillo.

Concertada la solicitud, José Luis Hernández se dio a la tarea de hacer una recopilación especial, la cual le fue entregada a Ruiz Caballero, quien en agradecimiento le prometió un regalo, que abriría la posibilidad de desmitificar la idea de los túneles en el Centro Histórico de Juárez: un viejo plano donde se mostraba el sitio exacto del recorrido que hacía una de las vertientes.

El mismo Hernández Caudillo recordó que en la esquina del callejón Victoria y Ugarte, en las inmediaciones de la vivienda donde algún tiempo habitó Enrique Flores Magón, fue localizado una vieja puerta de madera en el piso, que al parecer llevaba a un pasadizo subterráneo.

Sin embargo, sobre dicha superficie se construyó un estacionamiento y las fincas que ahí se encontraban, incluida la de Flores Magón, fueron derribadas, y la entrada al sótano fue clausurada y sepultada en concreto.

Hernández Caudillo no tuvo acceso al plano que le fue ofrecido por Ruiz Caballero; días después de que lo vio, el jefe del Archivo Histórico falleció de causas naturales y la entrega del documento no llegó a concretarse.

Empero, Hernández recuerda que en aquella charla, Ruiz Caballero, le reveló según los cálculos que venía realizando, el sitio donde el túnel tenía salida: El hotel del Sur.



El hotel del Sur

El hotel del Sur, probablemente construido en 1919 –actualmente abandonado y en cuyo interior se encuentran vestigios de otras épocas, como un automóvil Mitchell del año 1913, viejo mobiliario e incluso, restos de máquinas que se utilizaban en un casino–, mantiene en sus entrañas otro secreto que pudiera ser la entrada al Juárez del Ayer.

Según imágenes compartidas recientemente a través de la red social, en la planta baja donde se encuentra el coche Mitchell, bajo el armatoste, se alcanza a observar una cavidad cuadrada, donde según testigos se encuentra la entrada a un sótano o un posible túnel.

Hernández Caudillo, refiere que de comprobarse la presencia del pasadizo, se estaría hablando de uno de los hallazgos más importantes en materia histórica en la ciudad.

Al igual que Ruiz Caballero, José Luis Hernández compartía la idea de la reactivación de la avenida Juárez por medio del rescate de sus espacios abandonados.

“¿Se imagina lo que sería del hotel del Sur si este fuera rehabilitado y se pudieran hacer allí actividades culturales?”, apuntó.

Otros túneles en el Centro

Existen otras versiones de personas que laboraron en el primer cuadro de la ciudad que alimentan la creencia de que allí, bajo la tierra, se encuentran una serie de ramificaciones que conectan a distintos edificios, no es del todo una leyenda.

Un extrabajador del cine, quien solicitó mantener su nombre anónimo, asegura haber visto con sus propios ojos la entrada a un pasadizo justo detrás de la pantalla.

El espacio cubierto de alimañas nunca fue explorado, y tras la venta del inmueble y su ocupación como tiendas y locales comerciales, imposibilitaron aún más la verificación de dicha aseveración.

El promotor cultural Miguel Ángel Mendoza Rangel, quien durante 21 años estuvo al frente del museo de la exaduana como director, mencionó que durante su gestión fueron muchas las ocasiones en la que investigadores y aficionados acudieron al inmueble para solicitar permiso para acceder a buscar la entrada a los pasadizos, ya que también la creencia popular cuenta que en dicho lugar habían túneles que conectaban a distintos puntos del primer cuadro de la ciudad.

Sin embargo, pese a que se brindaron las facilidades en las ocasiones que así lo ameritaron para ingresar a los sótanos del edificio, nunca fue encontrado el acceso a túnel alguno.

“Era muy común que nos llegaran a visitar siguiendo esas leyendas, sin embargo, no hallaron nada, lo que sí puedo decir es que el edificio tiene sótanos amplios, pero no hay nada más, al menos a simple vista”, indicó.

Aún así, el también antropólogo señaló que no es del todo descabellada la idea de que hubieran pasadizos bajo esa zona, debido a que en este sector se vivieron ocupaciones militares en la época de la revolución y dichos corredores subterráneos pudieron servir con fines estratégicos.

“No se puede descartar por completo la posibilidad de que existan, estamos hablando de un inmueble estratégico como lo fue la exaduana, pero hoy en día no se cuenta con elementos que comprueben la veracidad del dicho popular”, acotó.

Antonio Ruiz Caballero no se explicaba el porqué las autoridades omitieron la existencia de dicho subterráneo, el cual aseguró hasta sus últimos días era una realidad. Prefería no especular respecto al silencio que se guardó sobre la existencia de los mismos, sin embargo, sostenía que con la participación ciudadana y del Gobierno en conjunto, dichos espacios, de recuperarse, se convertirían en un espacio turístico e histórico, sin precedentes en la localidad. Ese era su sueño.

¿Quién era Antonio Ruiz Caballero?



Antonio Ruiz Caballero, nació en Santander, España, en 1936, pero que llegó a México como miles de ibéricos, producto del exilio por la guerra civil y se hizo mexicano, asumiéndose juarense por amor.

Ruiz Caballero llegó a Juárez durante la década de los sesenta del Siglo XX, aquí se casó y formó una familia compuesta por su esposa, sus dos hijos, nueras y sus nietos.

Durante su vida se ocupó funciones directivas de distintas empresas cerveceras y refresqueras, así como en negocios particulares, hasta que llegó la oportunidad de ocupar puestos de administración pública.

En este rubro fue historiador y era el jefe del Archivo Histórico de Juárez, ubicado en la biblioteca Arturo Tolentino.

Anteriormente se desempeñó como director del Centro Municipal de las Artes.

Historiador por convicción, se desempeñó como entusiasta integrante de la Asociación de Historiadores de la Ciudad, Ateneo Fronterizo.

También fue embajador honorario de España en la ciudad, logrando tramitar las becas para estudiar en España de cientos de jóvenes juarenses.

Dejó de existir la madrugada del miércoles 10 de junio de 2015, a la edad de 79 años.


En Puebla la leyenda pasó a ser realidad

Con una antigüedad calculada entre los 300 y 500 años, se descubrieron túneles subterráneos en la cuidad de Puebla, que vienen a darle una nueva revisión a esta parte de la historia poblana.

Estos túneles son edificaciones militares que sirvieron durante la Batalla del 5 de Mayo contra tropas francesas, que cuentan con 7 metros de altura y 3 metros de ancho.

Sergio Vergara Bermejo, gerente del Centro Histórico y Patrimonio Cultural de Puebla, reconoció que “En la narrativa urbana o las leyendas urbanas se ha hablado de los túneles de Puebla, pero nadie sabía dónde estaban, nunca los habíamos visto”.

Se localizaron en la zona interna del Centro Histórico y en la franja de los fuertes, antiguas capillas asentadas en lo alto de un cerro Acueyametepec, las cuales fueron convertidas en el siglo XIX en fortificaciones militares.

Las estructuras se localizaron en la zona interna del Centro Histórico y en la franja de los fuertes, antiguas capillas asentadas en lo alto de un cerro Acueyametepec, las cuales fueron convertidas en el siglo XIX en fortificaciones militares.

Los hallazgos permitieron ver que existe una comunicación que va del fuerte de Loreto al fuerte de Guadalupe en la parte alta de la ciudad; y del fuerte de Loreto al céntrico barrio de San José.

Igualmente se halló uno que va del fuerte de Guadalupe a la Iglesia de los Remedios, el bastión donde el general Ignacio Zaragoza decidió concentrarse para planear la heroica defensa de Puebla ante el Ejército francés. “Aparecieron túneles que parecían desagües, pero por el tamaño son los famosos túneles de las leyendas urbanas, estuvieron más 300 años cerrados y te das cuenta que existen, son impresionantemente altos donde cabe hasta una carretera”.

(Con información de: Unión Puebla y El Universal).

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