martes, septiembre 18, 2007

Se can viaseite y vujias*



Con tantas maneras de comunicarnos hoy en día hemos perdido lo esencial que se encuentra a nuestro alcance. No se trata de hacer uso propiamente de la tecnología como este medio(internet), ni de los aditamentos que se han convertido en grilletes metropolitanos como un teléfono celular (que por cierto se me amenaza con renovarseme el próximo fin de semana).
Hablo de lo que hemos dejado en el olvido, del habla silenciosa, esos los mensajes cubiertos del deterioro en nuestras calles que se encuentran incrustrados como tatuajes en sus brazos-bardas, testigos unicos de realidades alternas que pareciera nos han dejado de acontecer.
No me refiero propiamente al grafitti, ni a las propuestas politicas que los putos funcionarios terminan dejandolas como herencia o monumentos a nuestra estupidez colectiva.
Me refiero a los mensajes simples a veces sin carga politica, a aquellos que reflejan la necesidad de comunicación aún con faltas de ortografía, ideas que comunican alguna necesidad, algun oficio y por qué no, también vicios o despechos de amantes malogrados.
Me viene a la mente el título de un ex profesor de la universidad, Enrique Cortazar que tituló uno de sus libros "La vida se escribe con mala ortografía", quizá para algunos no les llena del todo como poeta este bato que fue funcionario en la onda cultural chihuahuense, pero el título en sí, desde mi perspectiva le partió la madre a más de 10 poemas enteros de jóvenes y no tan jóvenes promesas de la entidad, es un lema que bien vale la pena seguir explorando.

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¡Qué más poesía urbana que esta señores!**

Pero bueno, volviendo al tema, es precisamente esa premisa la de que la vida se escribe con mala ortografía lo que me ha hecho acercarme y mantener los ojos bien pelones, es decir abiertotes para regocijarme con los mensajes mal-bien escritos de la gente común, del trabajador, del silencioso urbano, del invisible social.
Andar por las calles de una ciudad como lo es Juárez, mi querida Ciudad del Crimen (aunque los politicos faroleros y poetas-proxenetas se caguen por el mote) es abrirse a la posibilidad de la sorpresa.
Las venas de la frontera, los barrios, las esquinas, siempre tienen alguna novedad que entregarnos.
Nuestra apresurada vida exitosa, o tal vez, nuestra tragica vida de perseguir la chuleta diariamente, nos ha hecho ignorar los espacios que otrora fueron el subterfugio ideal para desahogarnos.
Una pared puede resultar más sincera que mil confesiones. Es el blog mi pared a esta hora de la noche, quizás por eso me ánimo a escribir después de mucho tiempo, porque ahora pocos vienen a observar, a escrutar, a recriminar mis propios miedos y nostalgias.
Es esta pared el lugar preciso para volver a la senda desde hace tiempo abandonada. Tengo que retrabajar Obregón, está renaciente el proyecto de entrevistas, los poemarios, pinches poemarios-poemarios pinches, se convertirán en botellas al mar.
Mientras las noticias llegan a otras latitudes, a otras playas, seguiré pendiente de las paredes, de los cantos, de los origenes del sentir, de la necesidad de la mujer, de la locura del hombre.
Por eso ya no me preocuparé del todo por la ortografía, adiós a la vigilancia estricta de los acentos, a la conexion lógica en las frases, al menos en este espacio, suficiente tengo con el trabajo como para venir acá a batallarme, que se ocupen otros, que lo hagan los que buscan la verdad de la palabra escrita y en su afán ortodoxo no se dan cuenta que hacen mierda la cultura, yo me uno a mis hermanos, a la lengua popular.


*Frase tomada de un taller de barrio de una calle cualquiera, en una colonia de esta tan amolada como amada ciudad
** Bella estampa citadina de pared, sacada al azar de internet gracias a mister Google

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