FLUIR
El fuego
sobre el fuego tiende a caer
-elevación
en cuerpos alterados es la caída -
en la
gravedad el corazón de cierto
le evita entonces
cosmogonía
evitable eternidad
es este
árbol negro que seduce mi alegría
siempre
canta la sombra ácida
la sombra
así da
juegue usted
con la palabra
hable -dice hacía mi el espejo roto-
dígame más
si tiene
palabra
evite la conversación
el dedo
único perdido en laberintos
cada célula
oscilante
horas mudas
todas danzan en mis yemas
II
llueve
dentro de la calma siempre
llueve
cierto aullido
hay lobos
que van midiendo el olvido
una faz
dentro del rostro
siempre
atisba en las esquinas
es así como
cada quien
en su camino
el dolor sangra el destino
fuego como
piel de la tarde
fuego noche
como parpadeo final
fuego agua
es aquí que el océano
más desierto con la
respiración se deja
entre el
tic-tac y el parpadeo
una imagen
es una imagen menos
piedra sobre
arena
agua que se seca maldita
resquicio a un paso
del abismo
y entonces
vamos a ver
lo que no vemos
lo que se
escapa de la vista
inerte en la
sinergia
estático
entre la niebla
nube cada
pulsar del cielo
sé es nube
de vez en cuando ciego
III
al caer
lo que me
atrae de la noche
no es
quedarme solo
es solamente
quedarme
he visto
desde la distancia
todo mejor
sin cambios
los ojos son
lejanías
lechuzas,
lechugas
una baraja
incompleta
manos de
seis dedos en un guante roto
este caballo
no recorre las 100 yardas
se ahoga en
el polvo de los muebles
en el
anecdotario café de la abuela
mis días
están cantados
como coplas
de verbena popular
me sumerjo
al mar del ruido
y me doy
cuenta
que los
ángeles decidieron callar
o quizás
el guardián
de mi sueño se fue al chuco de compras
mientras las
balas
fusilan mis
ambigüedades
yo platico
mis vacíos, solo soy un cohete
un ciempiés
ágil que salió a caminar por esta barra
cuando el
verano asomó por una de tus orejas
IV
Y es así que
tengo que regresar a lo que es mío
a esta falsa
capacidad de relatar las cosas
a negarme a
la visión de que me vean,
estoy
adentro y luzco fuera
pergamino
que anuncia el sol o un llanto que se queda en el intento
el arco
glorioso en letanía a la flecha que pretende la fuga
dixit
desde aquí
se ve el mundo
hay alguien
siempre preguntándose
en si mismo
si habrá alguien en este hoy,
en el
preciso instante,
si ese
alguien así mismo corresponde
luego de que
se rompe el espejo
V
Y luego
es
despejar el camino
desprenderse
de las huellas
del andar,
ser uno mismo, nada,
la sombra
del otoño,
el ego
imperfecto que rompe la hiedra,
antártico,
lívido al primer intento,
corona que
se prende de cada arrebato victorioso
del error
más compulsivo
-digo qué es
vivir mientras me muero-
veo los
números que pasan, calles, horas, tiempos,
así la
eternidad se olvida,
es arena,
nada, cosmos, la desolación del entorno,
la entrega,
un alud de lo que viene a la conciencia
y luego todo
es líneas en blanco
el vacío de tus ojos estalla a lo lejos.