"Yo no le voy a la guerra..."
Siempre es bueno leer a Rincón Luna a la mitad de un día de trabajo. Y hoy después de acudir a una Librería de Hermanas Paulinas quienes, según me informaron, son las encargadas de orar por todos los que se dedican a alguna actividad relacionada con los medios de comunicación -entiéndase periodistas, publicistas e incluso bloggeros-, me encontré en el camino con la protesta que se realiza diariamente por la guerra guarra que vivimos en este tiempo.
Se trata de un plantón denominado "Tambores por la Paz", que desde hace dos semanas y días (tiempo en que estalló la guerra) han estado protagonizando profesores y estudiantes universitarios que están en contra de la pendejez del gobierno estadounidense.
Cuando nos acercamos el fotográfo y un servidor a este evento fue por mera curiosidad y ánimo anti bélico, ya que nada teníamos que hacer cerca del Consulado, salvo que en ocasiones es paso obligado para regresar a la redacción del medio en el que laboramos.
Sin embargo, encontramos ahí un -no sé si la palabra espectáculo sea correcta-, un panorama desolador: A penas si era una decena de personas las que estaban protestando por las atrocidades que diariamente y en cada minuto están viviendo los medioorientales iraquíes.
Es sorprendente que en una ciudad como la nuestra, socialmente multiforme, con más de un millón y medio de habitantes, poder económico, político y que además cuenta con un nivel respetable en cuanto a la calidad de sus intituciones educativas en casi todos los niveles -principalmente el universiitario-, la conciencia ante hechos de esta naturaleza sea casi nula.
Esto podría admirarme, de no ser porque desde hace años hemos venido experimentando la apatía de la población ante el fenómeno de los crímenes contra mujeres.
Pero regreso al relato original, decía sobre la labor que han venido este grupo de estudiantes y maestros, si bien es reducido, no por eso deja de ser valioso, es un esfuerzo que calificaría incluso de heroico, pero también podría tratarse trsitemente de una guerra de gritos entre sordos.
El valor de pararse frente al Consulado y hacer manifiestas consignas versus la guerra gacha gabacha que cocha al que se le pasa de lanza y le clava sus dientes de mamífero mamón pseudo protector de los valores universales del ser humano, tiene su mérito.
Pero, !putísima madre! Parece a propósito que la gente se agache estas condiciones y empiece a desafanarse de su responsabilidad social.
Muchas de las personas que pasaban frente al plantón veían con enojo, emputamiento y casi ganas de matar a quienes protestaban por la guerra, hubo otros que reaccionaron peor: Subiendo el vidrio de sus ventanas o volteando sus rostros hacia el otro lado de la calle.
Yo sé que no se trata de que todos nos volvamos activistas ante este tipo de fenómenos - que sería lo ideal a mi parecer-, pero por lo menos debería de mostrar el ciudadano común de la frotnera un gesto solidario ante quienes están tratando de preservar el espíritu de Ser, Humano,Igualdad y Respeto.
Sólo espero que la tranquilidad de quienes reflejan un completo valemadrismo ante este vergonzoso acto de prepotencia que es la guerra EU-Irak, no se vea truncada si algún día al pinche tío Sam se le ocurre visitarnos sin invitación.
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