miércoles, febrero 18, 2004

Se nos fueron Jolopo y el Noa Noa


Una muerte no siempre es tan bien recibida en un país tan respetuoso de la muerte como lo es el nuestro, a menos que se trate de la partida un ex presidente o un personaje que a pulso logró ganarse la aberración de sus otrora seguidores.
En el caso de José López Portillo, don Jolopo -como le decían algunos no sé si de cariño-, su fallecimiento tal vez no tenga el menor significado para las nuevas generaciones, pero para los que alcanzamos a sobrepasar el cuarto de siglo de vida terrestre, nos representa el cierre de un capítulo de uno de los que ha sido de los peores presidentes que haya tenido la nación en la era contemporánea.
No conforme con elevar a grados estratosféricos la inflación económica en un país que para ese entonces ya se empezaba a considerar (sueño guajiro) en vías directas al primer mundismo, don Jolopito se dio el gusto de hacer una verdadera porquería de la industria fílmica nacional.
No sé si sea de agradecerse o de encabronarse, pero fue en el sexenio de este maestro de la tranza cuando las peores producciones surgieron en materia de celuloide; eso sí hay que reconocer que los entonces actores y vedettes , tenían mucho más trabajo que ahora.
Quería seguir hablando de Jolopo, la verdad que sí quería, pero acaba de sonar el teléfono, es mi compa el Rulo, de quien prefiero postear en unos cuantos segundos, minutos, horas días, y luego, a ver que pasa.

Ahhh se nos quemó el Noa Noa, la cuna artística del cantante Juan Gabriel, no somos nada.

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