lunes, agosto 11, 2003

El clown down, errante
Ha decaído, totalmente ha perdido la razón. Tal vez el exceso de trabajo lo orilló a su sino de locura. Estado mágico, sublime. Ahora se arrastra por los cerros pidiéndole perdón al ángel por todos los errores cometidos. Por las noches en las que no estuvo al lado de sus hijos, por los días en los que no le sonrío a su esposa antes de partir a trabajar.
Ahora llora en cada palabra que pretende usar para agredir, se desenvuelve entre pretextos para conocerse un paso más ausente. Sabe lo que le duele, el mismo se lacera.
Busca con el dolor, expurgar la pena que le congoja, pero es imposible librarse de las cargas mentales. Allí está el dolo, su falsa espera de satisfacción lo obliga a agredir, a intentar llamar la atención a reivindicarse ante la sociedad dando gritos y vueltas a los papeles que otros como él han jugado con anterioridad. Busca en ellos el error. Lo resalta, señala e incrimina como pretendiendo ocultar de esa forma el horror que le apremia de manera constante e incisiva.
De nada vale escribir cuando los amigos se han ido -se incrimina- mientras levanta la mirada y espera que un tráiler de la medianoche se detenga y lo lleve de nuevo a ninguna parte.

No hay comentarios.: