lunes, marzo 01, 2004

Nadie merece más fama


Llego a la casa de mis suegros, todavía hay espacio en mi organismo para una última una cerveza en esta noche.
La habitación de mi cuñada que permanece ausente porque ahora tiene guardia en el hospital, es el espacio donde comienzo este posteo.
Aún el beat de los Famosos Don Nadie está haciendo eco mientras tecleo incesante esta voz sometida en un sorbo de espuma. Pero está el pensar, ese canta y resuena por encontrar en una noche común, algunos amigos aletargados, sueños, dispersiones del alba y una muy cojonuda presentación de esta banda fronteriza.
A Los Famosos Don Nadie es la primera vez que tengo oportunidad de verlos en vivo y en verdad que me siento afortunado de haber asistido a su concierto, esta es una de esas bandas que nos mantienen de la misma contrariedad producto de la mercadotecnia.
Escuchar a los FDN es elevar los ánimos equidistantes al habla para asentarse en una plenitud de lo que podríamos llamar apreciación del arte, si esta pudiese ser auditiva en su totalidad.
Los FDN, llegaron para reconfirmar esta noche, lo que había establecido como certero en las noches de bohemia solitaria, ésas cuando sobraba el vino tinto y Ulises permanecía pendiente a ver la luz.
El escenario del bar Segundo Piso, aunque decente, siendo sincero, le quedó chico a los FDN, la verdad es de ésas veces que me cuestiono ¿qué chingados hace una banda tan verga en una ciudad tan pequeña?
Para quienes no han tenido oportunidad de apreciar a estos músicos, les recomiendo acudir a su sitio y solicitar ‘el arte de ser nadie’, primer disco de la banda (el segundo se encuentra en proceso).
O en su defecto, pueden bajar algunas probaditas de las canciones, lo más importante es que no les pierdan la pista porque seguramente darán mucho de qué hablar, y sí, me resulta encabronante que habiendo tan buena banda en la ciudad, todavía los foros no logren abarrotarse como cuando viene mierda sonora de otros lugares.
No será la última vez que hable de los Famosos Don Nadie, por hoy terminó, porque la ciudad espera a que la encuentre, pero me llevo su disco y no dejo de tararear Tabaco de Rata.

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